ESTEBAN BURGOA
Hace ya cien años que en Bolivia no se tiene una representación liberal en la política formal, puesto que esta institución solo llegó a estar presente en los primeros años del siglo XX, proyecto desaparecido tras ser sofocado por el nacionalismo, el socialismo y el autoritarismo de la época, desde entonces el caudillismo y el estatismo campan a su anchas entre nosotros, condenando a nuestra ilustre nación al retraso y la pobreza.
Hay quienes consideran las medidas del 21060 el inicio de una mal llamada época “neoliberal”, palabra mal usada y sin sentido, dado de que no hay tal cosa como una nueva libertad, la libertad es y siempre será. Irónicamente es interesante hacer notar que esta polémica ley fue promulgada por nada más y nada menos que el precursor de la centralización y el estatismo en nuestro país, hombre que lideró nacionalizaciones, reformas educativas y reparticiones de tierras, todas estas medidas netamente socialistas y populistas, las cuales muchas veces son aplaudidas y celebradas en nuestros libros de historia, pero que sin duda alguna son el origen de nuestros males y repercuten en la actualidad; Víctor Paz Estenssoro, que legado desastroso nos dejaste.
En resumen, no se puede decir que unas pequeñas reformas, que tristemente eran necesarias e inevitables, sean un viraje a un modelo “neoliberal” y menos a uno liberal, todo lo mencionado fue ocasionado por las medidas de izquierda que imperaban entonces, las cuales desangraron la economía nacional, y señores, muchas veces tomarse la medicina después de años de una vida de vicios, no es nada placentero.
Por otro lado, hay quienes tachan de liberal al gobierno de Goni, en este punto es bueno hacer memoria y resaltar unas cuantas anotaciones, toda persona sensata que conozca mínimamente las ideas en favor de la libertad, sea o no a fin a las mismas, no llamaría de liberales medidas como: el aumento de impuestos, el mercantilismo estatal, el caudillismo político, etc; empecinarse en mantenerse en el error es cosa de necios.
Por último, debo mencionar el cascarón vacío y con ningún contenido que expresa la palabra: “neoliberal”, chivo expiatorio el cual es perfecto para sus “enemigos”, útil herramienta que sirve para lavarse las manos y escapar de todas responsabilidad, pues todo es culpa del “neoliberalismo” ¿O tal vez no?, este ser o idea es extremadamente dócil, puesto que no se defiende ni actúa cuando lo atacan, querido lector, ¿Alguna vez conoció a alguna persona que se defina neoliberal?, o en todo caso: ¿Conoce algún libro que describa sus preceptos y defienda el ilusorio marco teórico del “neoliberalismo”? Personalmente no tuve el placer a la fecha, todo lo que sabemos de este ser místico llamado “neoliberal” viene de sus detractores: la izquierda, los socialistas, los comunistas, los masistas y otros tipos de colectivistas, los cuales se deslindan de sus culpas con la ayuda de este, su amigo imaginario.
En este momento parece que, de manera embrionaria, un movimiento liberal surge después de un ciclo; como cualquier proyecto, precisa de tiempo, esfuerzo y disciplina. Para ser exitoso y para ser llamado realmente liberal, debe alejarse de los males que envenenan a los demás partidos políticos nacionales, como son: el caudillismo, el colectivismo, la negociación de cuotas de poder, etc. Y basarse en aquello que caracteriza al liberalismo: el emprendimiento, las ideas como base de un proyecto de estado serio, el progreso, la individualidad y, por sobre todo, el amor por la libertad.
Veo con ilusión este proyecto y espero llegue a buen puerto, lo seguiré de cerca, pero siempre con un espíritu crítico, pues hasta lo bueno se puede mejorar y el dogma no nos debe cegar, criticaremos lo que debamos criticar, esto también es parte de ser liberal.
“Habría amado la libertad, creo yo, en cualquier época, pero en los tiempos en que estamos me siento inclinado a adorarla”. Alexis de Tocqueville – Pensador, político y jurista francés.
ESTEBAN EDUARDO BURGOA CARDOZO
Director Ejecutivo Generación Bicentenario
*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21