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El escenario electoral en España sigue viéndose fragmentado, a pesar de la tendencia al bipartidismo que se reflejó en las elecciones generales del 23 de julio. El Partido Popular, que sacó el mayor número de escaños, sigue sin aglutinar los votos de las facciones más pequeñas para conseguir la mayoría que logre la investidura de Alberto Núñez Feijóo. Este objetivo pinta más lejano hoy, cuando el Partido Nacionalista Vasco rechazó cualquier coalición que tenga a Vox en sus filas.
En concreto, el PNV, que cuenta con cinco diputados, reiteró su negativa a respaldar a Núñez Feijóo para ser investido, si a la vez recibe el apoyo de Vox, formación que este domingo anunció que colaboraría con el PP prestándole sus 33 diputados, para evitar que el socialista Pedro Sánchez pueda ser investido nuevamente como presidente del Gobierno español.
El partido que lidera Santiago Abascal está midiendo cuidadosamete sus pasos. Ofrece su respaldo sin pedir a cambio que la formación esté incluida en el Gobierno. Sin embargo, el PP, que obtuvo 137 escaños, ahora en coalición con Vox sólo suma 170 votos. Aún precisa de, al menos, seis parlamentarios más. Así se alcanzarían los 176 votos que le darían una mayoría absoluta para gobernar.
En primer lugar, los pronósticos apuntaban a que el PP sumaría 177 votos, que lo pondría un escaño por encima de lo requerido, si recibe apoyos de Vox, PNV y regionalistas navarros, que previamente han confirmado su respaldo, y canarios, que están aún por decidirse. Sin embargo, este revés de los nacionalistas vascos devuelve a los “populares” a la mesa de negociación.
Votos que se convierten en deudas
En los comicios generales, el PP logró 137 escaños en el Congreso de los Diputados español. En cambio, su contraparte, el PSOE, obtuvo 121. El resto de los votos quedaron distribuidos de la siguiente manera: Vox obtuvo 33 diputados, la coalición de izquierda Sumar se hizo con 31, el independentista Esquerra Republicana de Cataluña logró 7, el también independentista catalán JxCat otros 7, los independentistas vascos de EH Bildu 6, el PNV 5 y 1 cada uno el Bloque Nacionalista Galego, Coalición por Canarias y Unión del Pueblo Navarro.
El panorama para el socialista Pedro Sánchez, según analistas, no pinta tan complejo. Por afinidades político-ideológicas, el presidente en funciones contaría con Sumar, una amalgama de fuerzas de izquierda que incluye a Podemos, formación con la que ha gobernado hasta ahora en coalición. No obstante, está por verse si también facilitarían su nueva investidura otros grupos como independentistas catalanes y vascos.
Otro de los factores que se suma a este mapa de poder es el escaño en Madrid que fue reasignado al PP, luego de hacerse un recuento de votos que anteriormente había dado la victoria al PSOE. Los socialistas recurrieron la decisión del órgano electoral, pues este voto sería determinante para ver si Sánchez necesitaría el voto o solo la abstención de JxCat, partido de Carles Puigdemont, expresidente del Gobierno regional de Cataluña prófugo de la Justicia española tras la declaración unilateral de independencia de 2017.
A contrarreloj: sellando pactos antes del 17-A
La polarización, al parecer, es el único camino que tomarán ambas facciones, porque un pacto entre “populares” y socialistas es poco menos que inviable en estos momentos.
Tras la constitución del Parlamento el próximo 17 de agosto, comienza un proceso en el que el rey Felipe VI, como jefe de Estado, tiene que proponer un candidato para que intente formar Gobierno, que necesita mayoría absoluta en primera votación o simple en segunda.
Si no se logra como máximo dos meses después de la primera votación, el país estaría avocado a nuevas elecciones, un proceso que podría poner a España “navajas y cuchillos” con la tensión social que se desembocaría en torno a ello.