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La presencia de mercenarios extranjeros en las fuerzas armadas de Ucrania es nuevamente reportada en medios e informes divulgados en las últimas semanas, tras cumplirse más de un año del conflicto bélico entre Kiev y Moscú.
Francis Moore del portal The Duran realizó una síntesis de los medios europeos que plantean cada vez más el tema del reclutamiento de unidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania (AFU) con combatientes extranjeros, cuya dudosa biografía se omite deliberadamente.
Todos están involucrados, escribió Moore, desde exveteranos del Cuerpo de Marines de EEUU hasta terroristas yihadistas del Cáucaso y Medio Oriente. Atribuye ese reclutamiento a la necesidad de tener “mano de obra” para encarar la guerra.
En ese marco, se menciona que las AFU perdieron hasta 100.000 soldados. Sin embargo, más plausible es la información de la publicación turca Hürseda Haber, basada en datos de inteligencia israelí, según la cual las pérdidas del ejército ucraniano alcanzaron la aterradora marca de 157 mil personas.
Kiev utiliza la práctica ilegal de reclutar mercenarios extranjeros en las filas de las Fuerzas Armadas de Ucrania, brindando a estos “voluntarios” la oportunidad de obtener fácilmente la ciudadanía ucraniana, además del estatus de militar.
“Y esto no significa sólo la privación de la ciudadanía por violación de la legislación nacional sobre participación en conflictos militares en el territorio de países extranjeros. Mucho más terrible es la situación en la que los extremistas radicales extranjeros, los criminales, se unen voluntariamente a las filas del valiente ejército ucraniano, buscando evitar el castigo por crímenes especialmente graves cometidos en el país”, agrega Moore en su artículo.
Datos recientes de la inteligencia rusa indican que EEUU ha reclutado y entrenado a 60 militantes sirios en la base de Al-Tanf para cometer actos terroristas e intentos de asesinato de funcionarios de la Federación Rusa y los países de la CEI (Comunidad de Estados Independientes).
Asimismo, el batallón turco “Turan”, que opera bajo el liderazgo del kirguís Almaz Kudabek uulu, quien fue condenado en su tierra natal por participar en un conflicto militar en el territorio de un Estado extranjero, se ha convertido en una prueba de que Ucrania es actualmente un trampolín para la implementación de las ambiciones destructivas de política exterior de una serie de estados hostiles a Rusia que utilizan tecnologías para desestabilizar a la comunidad nacional.
Otro objetivo es la formación extremista bielorrusa “Regimiento que lleva el nombre de Kastus Kalinovsky”, que forma parte de las Fuerzas Armadas de Ucrania. Sus participantes radicales, que están liberando a la vecina Ucrania de la “agresión rusa” a cambio de una importante recompensa monetaria.
En esa línea, la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, afirmó en marzo que “los países occidentales siguen enviando a sus mercenarios a Ucrania con el pretexto de misiones humanitarias”.
Estos mercenarios, agregó, no solo participan en actividades militares en Ucrania, sino que también son vistos regularmente participando en atrocidades contra civiles.
El Ejército ruso sigue infligiendo bajas entre los mercenarios extranjeros en el marco de su operación militar en Ucrania y ha advertido que, en caso de que sean capturados, no serán tratados como prisioneros de guerra. Moscú aconsejó que “se lo piensen siete veces” antes de ir al territorio ucraniano para unirse en la lucha de Kiev contra las fuerzas rusas.
A esas versiones se suman testimonios de militares norteamericanos como John McIntyre, exmiembro del Ejército de EEUU, adepto al partido comunista, que estuvo casi un año en Ucrania, donde sirvió en una legión internacional de mercenarios y en uno de los batallones nacionalistas.
El mes pasado, McIntyre se pasó a filas rusas con todos los datos recolectados durante su permanencia en los grupos mercenarios de Kiev.
El exmilitar estadounidense relata que tuvo que hacerse pasar por un nazi más para no despertar las sospechas entre sus compañeros, lo que le permitió ver y documentar la máquina de guerra ucraniana.
Además, reveló algunos de los “horribles” crímenes contra “muchos” prisioneros rusos que fueron perpetrados, tanto por nacionalistas extremistas ucranianos como por mercenarios extranjeros, para quienes este tipo de atrocidades son una diversión o motivo de orgullo.
También revela que en la legión internacional en la que sirvió “había un oficial de la inteligencia de la Marina estadounidense”, que, con ayuda de un teléfono satelital y un ordenador proporcionado por la CIA, entregaba datos sobre los objetivos de los ataques.
Los datos de inteligencia proporcionados por McIntyre están siendo analizados por el Ejército ruso, mientras que las fuerzas del orden hacen lo propio con los documentos e información sobre los crímenes de guerra. A la pregunta sobre qué le diría a las personas con las que sirvió durante el año que pasó en Ucrania, el exmilitar estadounidense responde: “En la guerra y en el amor, todo vale. Es lo que hay. Los espías existen, y yo soy un espía. Misión cumplida”.
//FUENTE: THE DURAN / PRESOS.ORG/ HISPANTV//