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El 100% de la basura que recolecta a diario la Empresa Municipal de Aseo Urbano de Sucre (EMAS) de la ciudad de Sucre se va al vertedero de Lechuguillas, pese a que el 80% podría reciclarse o reutilizarse.
Esta información fue confirmada a CORREO DEL SUR por el gerente general de EMAS, Rilbert Rioja, quien dijo que esta empresa dejó de reciclar la basura desde que comenzó la pandemia del coronavirus, en marzo de 2019.
Recordó que hasta antes de la llegada de la pandemia, EMAS reciclaba la basura orgánica, para convertirla en compost, y seleccionaba botellas de plástico, papel, cartón y botellas de vidrios.
ÚLTIMO ESTUDIO
Rioja manifestó que, de acuerdo con el último estudio que hizo EMAS hace unos años respecto a las características de la basura que generan los vecinos de la ciudad, el 18,5% corresponde a material reciclable y el 62,35% a materia orgánica. El resto sí o sí debe ser depositado en el vertedero de Lechuguillas.
Sin embargo, desde marzo de 2019, toda esta basura –en promedio, entre 150 y 160 toneladas al día– se acumula en el vertedero de Lechuguillas. Si se seleccionaran adecuadamente los desechos, esa cantidad se reduciría a 25 o 30 toneladas al día.
“Por ejemplo, pañales, papeles higiénicos, jeringas… eso ya no se puede aprovechar nada”, explicó el Gerente de EMAS.
CONCIENTIZACIÓN
La encargada del botadero de Lechuguillas, Wilma Soliz, manifestó que antes de la pandemia del covid-19 se hizo un trabajo de concientización con los vecinos del centro de la ciudad para que en sus casas separaran la basura, algo que estaba dando buenos resultados y eso ayudaba a reciclar materiales.
Al respecto, la docente Apolonia Rodríguez, de la Carrera de Ingeniería de Medio Ambiente de la Universidad San Francisco Xavier, recordó que los estudiantes de esa unidad académica participaron hablando con la gente puerta por puerta y entregándoles bolsas en una campaña que fue promovida por la cooperación internacional.
¿POR QUÉ YA NO?
El responsable de Comunicación de EMAS, Mamerto Betanzos, explicó a este periódico que el sistema dejó de funcionar porque, con el coronavirus, desde el Ministerio de Salud se prohibió el contacto entre personas. Es así que varios trabajadores dejaron de operar por una disposición que señalaba que los mayores de 59 años no podían seguir ejerciendo su labor, y lo mismo ocurría con las obreras madres de familia.
A esto se sumó, según Betanzos, la crisis económica de EMAS, que se agravó precisamente con el covid-19 puesto que recursos que no estaban previstos para bioseguridad tuvieron que ser invertidos en ese rubro de tal manera de proteger a los trabajadores que, en realidad, no pararon un solo día desde que el coronavirus ingresó al país.
NEGOCIO
Apolonia Rodríguez, docente de la Carrera de Ingeniería de Medio Ambiente de la Universidad San Francisco Xavier, destacó la existencia de asociaciones de recolectoras de desechos plásticos y papel que trabajan con la separación de la basura en casas, de donde pasan a recogerla periódicamente para después venderla a microempresas. Estas, finalmente, negocian los desechos en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, donde del reciclaje se pasa a la reutilización.
Lo que viene y dos recomendaciones
“Ahora estamos iniciando el poder operar la separación de algunos de estos materiales, por ejemplo botellas, plásticos, etc., y dentro de poco se tiene planificado retomar lo que era el tratamiento de la materia orgánica para poder obtener el compost”, aclara la encargada del botadero de Lechuguillas, Wilma Soliz.
“Estamos armando bien un plan para poder recuperar toda esta materia orgánica”, recalca.
Por su parte, la docente Apolonia Rodríguez, de la Carrera de Ingeniería de Medio Ambiente de la Universidad San Francisco Xavier, remarca que el depósito del 100% de la basura que EMAS recoge de la ciudad representa una situación “complicada”, por lo que sugiere “empezar un programa piloto de separación de basura en el punto de origen (las casas)”.
Asimismo, Rodríguez plantea, por una parte, trabajar en la necesidad de concienciar a la población sobre la manera de minimizar la generación de basura con, por ejemplo, un menor uso de embalajes y bolsas de plástico.
Además, sugiere trabajar en la reutilización de los materiales de desecho en las casas separándolos en dos grupos para el recojo de los carros basureros: 1) biodegradables (desechos de alimentos y vegetación) para obtener abono orgánico, 2) plásticos, vidrios y papel, que pueden ser vendidos a microsempresas que operan con este tipo de negocio.
//FUENTE: CORREO DEL SUR//