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La comunidad Puñaca Tinta María, perteneciente al pueblo Uru Murato, revela una realidad marcada por la adversidad y el olvido gubernamental. Alrededor de veinticinco familias, descendientes de la primera nación andina, se enfrentan a extrema pobreza generada por la sequía, desecación de los lagos Poopó y Uru Uru, así como contaminación minera que envenena sus fuentes de agua.
A pesar de estas condiciones adversas, los Uru Murato perseveran mediante emprendimientos en turismo, artesanías y producción salinera. Sin embargo, la alcaldía de Oruro les niega oportunidad para vender sus productos agravando su situación. La añoranza por un pasado donde los lagos eran su sustento se mezcla con indignación por el despojo de sus recursos y falta apoyo gubernamental.
Pérdida del hogar ancestral
La desolación se refleja en pérdida del hogar y fuente sustento que alguna vez fueron los lagos. Pesca, caza, aves y totora que formaban parte integral de vida han sido reemplazadas por paisaje árido y ventoso. Incluso el servicio de agua potable, proporcionado por Programa Naciones Unidas para Desarrollo (PNUD), fue interrumpido durante trabajos municipales sumiendo a la comunidad en crisis de recursos básicos.
Contaminación minera persistente
La contaminación minera, emanada de empresas como mina Bolívar, persiste en la comunidad afectando no solo calidad del agua sino también pozos que constituyen su única fuente abastecimiento. Erasmo Zuna, alcalde comunal, destaca resistencia y capacidad trabajo del pueblo Uru Murato mientras lamenta desaparición aves y transformación paisaje debido a factores climáticos y contaminación.
Infraestructuras básicas ausentes
La situación se agrava por ausencia infraestructuras básicas como electricidad regular y transporte hacia comunidad. Falta acceso a ciudad Oruro, salvo desvío en minibús y largo trecho a pie, limita aún más posibilidades de los Uru Murato.
El pedido de la comunidad se traduce en un llamado urgente a las autoridades para permitirles vender sus productos en La Paz buscando oportunidad subsistencia digna. Exposición fotográfica «Urus, del agua vengo», liderada por activistas ambientales y comunicadora Sarah Aliaga arroja luz sobre cotidianidad y lucha de este pueblo ancestral destacando belleza de sus tradiciones y urgencia de atención a sus carencias.
En este escenario desolador los Uru Murato se erigen como testimonios de fuerza humana ante la adversidad.