Seis afectaciones amenazan al Bosquecillo de Pura Pura

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Al menos seis son las amenazas en torno al Bosquecillo de Pura Pura, en La Paz, un área que tiene 196 hectáreas y es considerado uno de los pulmones más grandes de la ciudad. Entre ellos están los avasallamientos, la presencia de desechos sólidos, la afectación a la flora y fauna, los incendios, la inseguridad ciudadana y el conflicto limítrofe.

El bosquecillo forma parte de las 25 áreas protegidas y forestales del municipio de La Paz y se encuentra ubicado en el sector noroeste de la mancha urbana, en el macrodistrito de Max Paredes. Es un ecosistema natural ya que los árboles purifican el aire, representan barreras contra el viento y son reguladores térmicos naturales.

“Uno de los principales problemas es de avasallamientos y los tenemos en todos los sectores, como en la avenida Vásquez, que es grande; la parte de la avenida Eduardo Avaroa que es gente que viene de la Ballivián y se va comiendo terrenos hacia nosotros. En la parte de las Naciones Unidas y en la parte interna (del bosque) sobre la línea férrea hemos tenido unos cuantos intentos de asentamientos. Y esto desde siempre”, señaló a ANF, Sergio Rasmussen, jefe de áreas protegidas y espacios naturales de conservación de la Alcaldía.

Los funcionarios del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz se negaron a proporcionar la cantidad de cuadrículas o hectáreas del bosque que fueron tomadas por los avasalladores.

El jefe municipal no quiso dar el dato “por su protección y la de su equipo”, y pidió recurrir a la subalcaldía de Max Paredes, pero el subalcalde Gróver Lazo tampoco aceptó ser entrevistado, pese a que aseguró que asignaría a un funcionario. Finalmente, se insistió con el secretario Municipal de Gestión Ambiental, Eduardo Galindo, pero tampoco contestó la solicitud.

Desde 2014 a la fecha, la Alcaldía abrió seis procesos administrativos por avasallamientos y delitos ambientales contra estas personas que ingresan ilegalmente a esta área protegida, que además talan y queman los árboles.

Una nota publicada en septiembre del año pasado por el periódico La Razón, da cuenta de que hasta esa fecha 53.000 metros cuadrados, es decir, cinco hectáreas del bosque fueron tomadas por los avasalladores.

Además de ser un ecosistema natural, la gente que toma tierras que no son suyas, desconocen la importancia de proteger este bosque. En primer lugar, porque toda el área tiene una presencia predominante de plantaciones de especies arbóreas exóticas como el eucalipto y el pinto –el primero cubre el 70% de la cobertura de especies arbóreas- según información recopilada del texto “Plan integral de gestión del área municipal de protección ambiental Bosquecillo y Serranías de Auquisamaña”, elaborada por The Natury Censervancy en coordinación con la Alcaldía de La Paz.

También existen diversidades arbustivas, como la thola, la koa, el mutumutu, la ñuñumaya y otras. Pura Pura también es un refugio que alberga principalmente a especies de aves como colibríes, rapaces y otros.

“Hay bastantes árboles de eucalipto, también existe flora nativa debajo de los árboles. El área se encuentra en una ecorregión de puna y tiene paja brava, gramíneas, arbustivas. También está la pincha flor carbonero, que es endémica, y hay anfibios por los cuerpos de agua existentes y otras aves”, dijo Estela Torrez, técnico guardaparque de la Alcaldía.

Por su parte, Raúl Zambrana, coordinador del grupo de guardarparques de la unidad edil, señaló que el bosquecillo tiene quebradas, cuerpos de agua y vertientes.

Para el presidente de la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) de La Paz, Justino Apaza, los avasallamientos son evidentes, como en Unión Alianza y cerca del Plan Autopista, que son zonas de la ciudad que se conectan con El Alto.

“Nosotros estamos en contra de estos avasallamientos, hemos salido en dos oportunidades con la Alcaldía, pero no sabemos quiénes están ocupando y ya no nos han informado de eso. Yo vivo por el sector. También hay quema, tala de árboles, pero el alcalde (Iván Arias) no hace nada, es preocupante para nosotros, hemos mandado cartas, notas, no sé qué autoridad nos va a escuchar. Todos los días crece y no se hizo desalojo”, protestó el dirigente vecinal.

Rasmussen aseguró que los presuntos avasalladores son los mismos vecinos que tratan de ganar mayor terreno, y que pese a los esfuerzos que hacen para controlar esta situación, lamentablemente no cuentan con el suficiente personal.

“Otro de los problemas es el conflicto limítrofe, hasta que no se establezca cuál es la jurisdicción de La Paz y cuál de El Alto vamos a seguir teniendo esos problemas, porque El Alto (da) papeles (de autorización) y no se puede cortar (el derecho de) la persona a que tenga vivienda, pero van a ingresar al área protegida y ahí vamos a chocar”, dijo.

ANF intentó comunicarse con la Unidad de Administración Territorial de la Alcaldía de El Alto, pero los funcionarios no contestaron sus celulares.

Escombros y contaminación

Una vez que hay asentamientos, también hay “subproblemas”, afirmó Rasmussen. Debido a las nuevas construcciones se evidenciaron descargas que afectan al bosque, como desechos, escombros, detergentes y otros.

Todos estos componentes contaminan los cuerpos de agua, el suelo pierde sus capacidades biológicas y químicas y se daña la flora y fauna. Es una cadena que daña a uno y otro organismo y es erosionable.

“Algunas especies naturales y otras arbustivas se van a morir porque les están lanzando agua con jabón, y eso es lo que está pasando en muchos sectores. Las aguas se contaminan y eso beben los animales, a los anfibios les afecta a sus organismos”.

Al existir más asentamientos, también se registra inseguridad ciudadana. Al momento, se han levantado tres grupos de gente en situación de calle que vivían en el bosque. En muchos casos ellos retornan, entonces se vuelve a realizar operativos –en coordinación con la Policía- para su retiro e inserción a la sociedad. También se registró gente que consume bebidas alcohólicas.

“Nos aflige porque se sobrepasa nuestra capacidad de respuestas, y no solo es áreas protegidas. Entonces, sí nos vemos un poco cortos de personal (10 personas). Trabajar con biodiversidad es grande. Son 307 millones de metros cuadrados de superficie (de área verde) que vemos”.

Incendios

Otros de los problemas que enfrenta esta área verde son los incendios que se producen en los meses que no llueve en la ciudad –desde abril hasta octubre-.

Según una investigación de la Alcaldía, los causantes son pirómanos o gente que tiene otras intenciones. También están los que fuman y tiran sus colas de cigarros al bosque mientras conducen o caminan.

Mediante Decreto Supremo Nº 22927, del 11 de octubre de 1991, se declaró a esta reserva natural como “Bosque Permanente de Protección”, prohibiéndose cualquier modalidad de asentamiento humano, explotación de recursos y formas de destrucción del ecosistema.

Posteriormente, a través de la Ordenanza Municipal N° 055/1994, se declaró al Bosquecillo como “Santuario Municipal del Medio Ambiente y la Ecología”, instruyendo la “construcción de refugios para la Guardia Forestal”. Un año después, mediante Resolución Municipal N° 175/1995, se instruyó la elaboración de un Plan de Preservación y Desarrollo del Bosque.

Antes de estas normas ediles, esta área verde le pertenecía a la Empresa Nacional de Ferrocarriles.

Cinco años después, mediante la Ordenanza Municipal Nº 147/2000 se declaró a este bosque como patrimonio natural paisajístico del municipio de La Paz, “para su conservación y protección”, así como a otras áreas verdes, sitios y monumentos.

Rasmussen aclaró que, pese a todas estas amenazas, se está trabajando en el plan de manejo y zonificación del área y se realiza actividades ecoturísticas. Se está protegiendo el bosquecillo con actividades positivas, lúdicas y educativas.

“El área es un refugio de biodiversidad. Han subido las amenazas, pero también hemos hecho más, estamos en constante monitoreo”, dijo además René Moscoso, técnico guardaparque para la educación ambiental.

//FUENTE: ANF//