ESTEBAN BURGOA
Hace escasas semanas, con bombos y platillos, se dio la noticia del posible descubrimiento de una descomunal veta de plata en el departamento de Potosí, a lo que se sumó el hecho de que el Gobierno central daba a conocer que el litio se constituiría en el nuevo protagonista de la política gubernamental, dejando de lado a los hidrocarburos.
Estas nuevas posibilidades de ingresos lógicamente deberían constituirse en buenas noticias para el país, razón por la cual su servidor se auto cuestionó, la razón del porque estas noticias le inspiraban preocupación, ¿Será que soy un ser irracional?, o tal vez simplemente soy una persona mal intencionada a la cual le incomoda las posibilidades de progreso de mi nación.
A partir de una razonable reflexión, llegué a la conclusión del porqué de mi desdén, la razón es de conocimiento público y está presente en cada boliviano, y lo estuvo a lo largo de nuestra historia, Bolivia se vio ligada, mejor dicho: “amarrada”, a los diferentes ciclos de las materias primas, pasamos de depender de la plata en la colonia, para que luego nuestro carcelario sea el estaño, luego vivimos del gas natural y al parecer es el turno del litio y una vez más de la plata, claramente Bolivia es un enfermo crónico de la “enfermedad neerlandesa”.
El problema no radica en las posibilidades de crecimiento que nos brinda la naturaleza, sino en nuestra incapacidad de traducir las mismas en nuevas inversiones en sectores diferentes a los extractivistas, sumada a la complicidad de la costumbre gubernamental de “chuparse” todo, como si no existiera un mañana.
Estas reflexiones, me permitieron reconocer la razón de mi incomodidad ante la posible explotación masiva del litio y la plata, y es que muy probablemente ambas bendiciones de la madre tierra, se terminen materializando en dos eslabones más en la larga cadena que nos impide una verdadera industrialización, la diversificación económica y el bienestar material.
¿Hasta cuándo seremos esclavos del destino?
ESTEBAN EDUARDO BURGOA CARDOZO
Director Ejecutivo Generación Bicentenario
*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21