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En menos de 48 horas se registró otro hecho vandálico de parte de los grupos de extrema izquierda al amparo de la denominada ideología de género. Esta vez fue el turno de Sucre y su catedral central que sufrió daños patrimoniales bajo la excusa del pedido de “aborto legal”.
Luego de un “mitin de protesta” desarrollado anoche en la plaza 25 de Mayo de la capital del Estado, un grupo de personas, sobre todo adolescentes, procedió a prender fuego frente a la Catedral Metropolitana y luego a grafitear las paredes con consignas abortistas.
El párroco Bernardo Gantier presentó este jueves una denuncia penal ante la Fiscalía porque los daños se efectuaron en los muros recién restaurados de la iglesia de Sucre que tiene declaratoria de monumento Patrimonio de la Humanidad.
La directora de Patrimonio Histórico, Cinthia Durán, explicó que la denuncia se sustenta como daño al patrimonio calificado y que el fuego afectó la piedra y sillería de la catedral.
“Es un daño reversible, sin embargo, cada vez que nosotros tenemos este tipo de afectaciones sabemos que la piedra se va deteriorando y no esperemos llegar a un deterioro irreversible”, dijo Durán a red Erbol.
El alcalde de Sucre, Enrique Leaño, se refirió al caso y deploró los hechos vandálicos.
“Esto ya es un acto delincuencial, no es un acto de reivindicación de género o de derechos, porque hay otras formas de poder expresarnos y no atentando contra edificios y monumentos tan sagrados que tenemos”, declaró el alcalde a medios locales.
El miércoles, la ciudad de Cochabamba amaneció con uno de los vagones del Tren Metropolitano pintarrajeado con el lema “no violarás”.
Cámaras de seguridad de la empresa estatal Mi Tren mostraron cómo dos personas, se presume mujeres, totalmente cubiertas procedieron a deteriorar el flamante medio de transporte que inició sus operaciones este mes.
La ciudadanía rechazó de manera unánime esa forma de “activismo” que afectó la circulación de la línea verde que une San Antonio con Quillacollo, y el director de Mi Tren, Junior Vega, calificó el hecho como un atentado contra Cochabamba.
“Son personas que no quieren el progreso, son personas que creemos que son malvivientes que están destruyendo el patrimonio del tren metropolitano”, condenó.
En noviembre del año pasado se produjo otro hecho contra la Iglesia Católica, con la detonación de un artefacto explosivo en la sede de la Conferencia Episcopal de Bolivia (CEB) de la ciudad de La Paz.
La secretaría de la CEB lamentó el ataque y pidió una investigación.
“A pesar de que los daños materiales en la estructura son reparables, exhortamos a los autores del hecho, considerar que su acción pudo dañar a personas inocentes. Como Iglesia católica, llamamos una vez más al respeto de la vida y al encuentro fraterno entre hermanos y hermanas”.
Una mujer con el rostro cubierto fue filmada por las cámaras de seguridad colocando un explosivo que detonó un par de minutos después, en horas de la madrugada del 24 de noviembre. El ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, dijo que “ya se tenía identificada” a la persona, pero el caso no volvió a avanzar.
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