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El economista Santiago Peña asumió el martes como nuevo presidente de Paraguay con la promesa de promover la prosperidad para todos en su país y llevar a la nación sudamericana a ser un protagonista en la escena internacional.
Peña, de 44 años, se convirtió en el mandatario más joven desde el retorno a la democracia y mantiene la continuidad en el poder del conservador Partido Colorado en Paraguay, un país que ha enfrentado señalamientos de corrupción en las esferas del poder y que es la última nación sudamericana en mantener relaciones diplomáticas con Taiwán.
“El éxito es lograr que todos los paraguayos estén mejor y que el mundo sea testigo del resurgir de un gigante”, dijo el nuevo presidente en una ceremonia en la capital paraguaya.
Al acto de asunción asistieron líderes de los países vecinos, incluidos Luis Inácio Lula da Silva, de Brasil; Alberto Fernández, de Argentina, y Gabriel Boric, de Chile, ante quienes dijo que buscará que Paraguay sea un país clave para una integración sudamericana, por lo cual buscará mejorar el funcionamiento del bloque subregional del Mercosur.
A la ceremonia también acudieron el rey de España, Felipe VI, y el vicepresidente de Taiwán, William Lai, quien viajó a Paraguay como parte de una gira que también lo llevará a San Francisco y Nueva York, en un momento en que China busca incrementar el aislamiento de la isla autónoma.
Sobre Taiwán, Peña dijo que su relación es una muestra de la política paraguaya de “alianzas y cooperación con una visión geoestratégica”.
Paraguay es uno de los 12 países que aún mantienen relaciones diplomáticas con Taiwán, en su mayoría naciones pequeñas y pobres de África y el Caribe.
“A nivel internacional tres desafíos globales generan tensiones geopolíticas: acceso al agua, seguridad alimentaria y suficiencia energética”, dijo. “Al ser Paraguay una potencia en esos tres grandes temas, estamos llamados a ser protagonistas en el concierto de las naciones”.
En el ámbito local, señaló que su compromiso es “construir una sociedad donde todos puedan prosperar”, dijo, y se comprometió a generar al menos 500.000 nuevos empleos. En Paraguay, la pobreza alcanza al 24% de los poco más de siete millones de habitantes.
Peña es un economista formado en Estados Unidos que trabajó para el Fondo Monetario Internacional.
En los últimos meses, el tema de la corrupción en círculos de poder ha sacudido al país sudamericano. Estados Unidos acusó al expresidente Horario Cartes (2013-2018) de corrupción y le congeló sus activos. Cartes, considerado el “padrino” político de Peña, es dueño de un conglomerado de empresas que van del tabaco a la ganadería y grandes medios de comunicación, y ha negado los cargos.
En su discurso como nuevo presidente, Peña agradeció a Cartes, actual presidente del Partido Colorado, por lo que llamó su perseverancia “en la construcción de consensos y en la búsqueda de acuerdos por sobre las diferencias”.
Sobre la corrupción, Peña dijo tener “la convicción” de que se resuelve “con una justicia independiente, imparcial y rápida, con recursos suficientes para garantizar una administración adecuada y homogénea en todo el territorio nacional”.