Un nuevo frente de guerra parece aproximarse en Asia, según las sospechas de Rusia por un eventual despliegue de misiles de alcance intermedio y corto de parte de Estados Unidos en costas de Japón. Esta situación complicaría aún más la situación de la seguridad internacional.
El martes, el viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Andréi Rudenko, afirmó a la agencia de noticias TASS, que EEUU realiza operaciones cerca de Japón y que desde Moscú se responderá en caso de ser necesario.
“Lo sabemos, lo tenemos en cuenta en nuestra planificación militar y responderemos en caso de que se desplieguen estos misiles, tal y como dijo el presidente”, aseveró Rudenko.
La referencia a las palabras del presidente Vladimir Putin retrocede hasta julio, cuando el mandatario ruso advirtió similar movimiento norteamericano en Europa.
“Si EEUU pone en marcha estos planes, nos consideraremos liberados de la moratoria unilateral adoptada anteriormente sobre el despliegue de capacidades de ataque de medio y corto alcance”, declaró Putin en San Petersburgo.
En Washington, la pasada semana, la secretaria del Ejército de EEUU, Christine Wormuth, reveló el interés norteamericano de desplegar misiles terrestres de alcance intermedio en las costas asiáticas.
Estos “planes” han suscitado gran preocupación entre muchos expertos en el campo de la seguridad internacional y la estabilidad estratégica, que afirman que estas acciones “podrían tener un impacto negativo en las relaciones globales y aumentar las tensiones entre países, lo que en última instancia podría conducir a un mayor riesgo de conflicto armado”.
Uno de los principales argumentos contra el despliegue de misiles es la violación al Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (Tratado INF), que EEUU firmó en 1987 con la antigua Unión Soviética y que “desempeñó un importante papel a la hora de reducir la amenaza nuclear y garantizar la estabilidad estratégica en el mundo”.
En 2019, EEUU suspendió sus obligaciones en el Tratado INF alegando que Rusia no cumplió dicho acuerdo cinco años antes. Desde Moscú, Putin dijo que se daría una “respuesta simétrica” y ordenó la fabricación de misiles terrestres.
El Tratado INF (por las siglas en inglés de Intermediate-Range Nuclear Forces) fue suscrito el 8 de diciembre de 1987 entre el entonces presidente de los EEUU, Ronald Reagan, y el secretario general del Partido Comunista de la URSS, Mijaíl Gorbachov. El acuerdo eliminó los misiles balísticos y de crucero, nucleares o convencionales, cuyo rango operativo de alcance estuviera entre 500 km2 y 5.500 km2, de alcance medio y corto, instalados en bases militares de Europa Occidental, y en Europa Oriental en los países bajo influencia de la URSS que podrían atacar a los países europeos miembros de la OTAN.
Según analistas, los planes estadounidenses de desplegar misiles también suscitan preocupación en otros países como China que puede considerar esta acción como una amenaza para su seguridad nacional.
TECNOLOGÍA BÉLICA
A esta nueva amenaza armamentística se suma el uso de la tecnología informática como se vio el martes con la operación beepers, que dejó una docena de muertos y unos 4 mil heridos por explosiones simultáneas de esos aparatos localizadores reportadas en el Líbano y Siria, que apuntan a una operación del Servicio de Inteligencia Mossad de Israel para diezmar a miembros de Hezbollah.
Previo a dicho operativo, expertos analizaban el rol de la tecnología informática en operaciones bélicas, sobre todo en referencia al Tratado Multilateral UKUSA (Acrónimo del inglés United Kingdom – United States of America Agreement).
“Los programas informáticos de las empresas occidentales del Tratado Multilateral que han pasado por las manos de piratas informáticos, se ven comprometidos y se convierten en herramientas de manipulación. En lugar de contribuir al desarrollo, estas tecnologías conducen a las veces de desestabilización, minando la confianza en los fundamentos mismos de la economía digital”.
- ///FUENTE: TASS / AGENCIAS///