–
Redacción VISOR21
La proyección de Javier Milei para las elecciones presidenciales de octubre, con encuestas que le dan ventaja, incluso de medios que son afines a los otros candidatos, genera expectativa para el futuro de la región. Y en Bolivia no es diferente, pues desde que el nombre del economista liberal es tendencia, muchos sectores y políticos criollos se han autodenominado “liberales”.
Andrés Ortega fue diputado nacional entre 2010 y 2015. En esos años, fue el primer político en Bolivia que comenzó a hablar de liberalismo y capitalismo de forma pública, y mediante sus redes sociales identificó con gruesos adjetivos, como enemigo de las sociedades al socialismo, situación que le provocó sanciones virales, y luego censura en algunos medios de comunicación.
A más de una década, Ortega analiza la actual “moda” de algunos políticos bolivianos, de querer llamarse liberales desde la victoria de Milei en las PASO de Argentina.
“Los políticos bolivianos ahora se están denominado liberales por un sentido provinciano de que si un boliviano plantea esas ideas no es escuchado, pero si lo hace un extranjero esas mismas ideas son asimiladas. También está el factor de sumarse al carro ganador, sobre todo de quienes nunca han ganado nada y es la característica de la actual casta política de la oposición boliviana”, explica.
En la oposición, efectivamente, comenzaron a llamarse “liberales” o a mencionar esta doctrina, algunos legisladores conocidos por sus inclinaciones hacia la social democracia o incluso el progresismo, como son el senador Rodrigo Paz o los diputados Alberto Astorga y Andrea Barrientos, todos de Comunidad Ciudadana. Desde la alianza Creemos también existen discursos de libertad, pero no en el ámbito de la economía y el libre mercado.
Casos aparte son el diputado chuquisaqueño Pablo Arízaga que incluso lleva sus documentos con la insignia de los liberales que es la serpiente y la bandera Gadsden, y también el diputado Erwin Bazán que era un declarado pro vida cuando fue vocero de la Iglesia Católica en Santa Cruz.
Para Carola Antezana, comunicadora social y parte del grupo Generación Libertad, los políticos nacionales se han dado cuenta que el liberalismo está llegando sobre todo a la juventud y por ello tratan de usar ese discurso, pero es un riesgo porque los actuales opositores solo buscan llegar al Gobierno para acumular poder, a diferencia de los liberales que quieren devolver el poder a los individuos.
Antezana agrega que toda la clase política boliviana, desde el retorno de la democracia o incluso hace cien años, navega en el plano ideológico de centro, de centro izquierda o de extrema izquierda, que tienen las mismas características de agrandar el Estado, de ser intervencionistas, de buscar beneficios particulares, además de haber diseñado todo tipo de leyes para atentar contra el emprendimiento, la empresa y los individuos.
Voces liberales conservadoras
En referencia a las actuales figuras políticas, Antezana cita al Consejo Nacional de Defensa de la Democracia (Conade) o al grupo El Búnker – Tercera República, como ejemplos de sectores que proponen supuestos nuevos proyectos de país, incluso alzando las banderas del liberalismo, pero sin conocer el concepto ni los fundamentos de esta doctrina político – económica.
“Su proyecto de ellos es simplemente destrozar al MAS, con esos son felices y han logrado su objetivo. La idea que tenemos los liberales es destrozar este sistema y para ello se necesita convicción, pasión y amor para devolverle el poder a los individuos”, señala la pionera de llevar el mensaje de la libertad a través de las transmisiones en redes sociales desde Bolivia.
Ortega trata de no descalificar a quienes se declaren liberales, porque esa es precisamente la esencia de esta corriente, pero recuerda, por ejemplo, que cuando le explicó bases fundamentales de liberalismo al exdiputado Amilcar Barral, hoy parte del grupo El Búnker, éste le dijo que aquello “era un absurdo”.
“La gente del Búnker podría declararse liberal aunque ellos no entienden el liberalismo, Tuto Quiroga también podría hacerlo, pese a que me dijo que no está de acuerdo con las ideas de la libertad”, recuerda.
Sin embargo, la característica de estos políticos criollos es su afán de llegar al poder para seguir implementando la educación fiscal, más dinero para salud, mayor control de precios desde el Estado, mantener las subvenciones, crear empresas públicas, pero eficientes, contratar funcionarios según la meritocracia, etc.
“Nada raro que aparezca un grupo que se llame liberal, que no tenga nada de liberal, pero que use ese término solo porque está de moda, y en eso está la labor de alguna prensa que fomenta esa ignorancia, por ejemplo, al comparar a Milei con María Galindo”, remata el exdiputado.
María Anelín Suárez, la activista del 21F de Montero, declarada conservadora y liberal, hoy dirige el colectivo de mujeres Ana Barba en Santa Cruz, pero también es parte de El Búnker, la plataforma nacida en las redes sociales junto al excandidato Virginio Lema y el periodista cruceño Agustín Zambrana.
Para ella, Milei representa una segunda oportunidad para Argentina, luego de la experiencia del macrismo que fue aprovechada por la izquierda peronista kirchnerista para retomar el poder.
Suárez fue activista de Las Calles en Bolivia con su par As Ruas de Brasil, que apoyó y luego fue parte del gobierno de Jair Bolsonaro.
Por ello expresa su reconocimiento al líder brasileño conservador, como otra figura que caló en la política nacional, pues también en su momento se habló de personajes opositores como “el Bolsonaro boliviano”, aunque ninguno llegó a trascender.
¿Una Bolivia liberal?
Poco antes de las PASO en Argentina, el liberalismo comenzó a ser tendencia en Bolivia, por ejemplo con el “tour” del economista Antonio Saravia por cinco departamentos del país o el mismo proyecto de El Búnker que llegó a instalar, de forma efímera y censurada, una oficina en un hotel de plaza Murillo.
Ante esas manifestaciones, una encuesta en el desaparecido matutino Página Siete, consultó: “¿Usted respaldaría un modelo liberal para Bolivia?”, y recibió más de 5.400 votos. El resultado fue 55% por el No y 45% por el Sí.
Antezana considera que este es un buen momento para impulsar el liberalismo en Bolivia, porque gracias a Milei se ha comenzado a hablar más de las ideas de la libertad para las personas, pese a que los medios de comunicación todavía evitan entrevistar o conocer a los liberales del país.
Ortega coincide en que las condiciones, como nunca en cien años, están dadas, pero no encuentra gente que esté dispuesta a aceptar las condiciones que se requieren para ir adelante con un proyecto político serio. “Hemos visto un juego de egos, de soberbia, de un marcado sesgo hasta de clase social y una falta total de experiencia que no es la respuesta a este momento”.
Suárez concluye que en Bolivia ningún comunista o socialista podrá llamarse liberal y la historia reciente ha demostrado que el país sigue siendo gobernado y en oposición por partidos de izquierda, centro y centro izquierda marcados además, por el caudillismo.