- Redacción VISOR21
Las Elecciones Judiciales concluyeron la etapa del cómputo y con ello ya se vislumbran los nuevos rostros que en enero asumirán los altos cargos del Consejo de la Magistratura, Tribunal Agroambiental, Tribunal Supremo de Justicia y Tribunal Constitucional Plurinacional.
Sin embargo, hay otro grupo de candidatos que perdieron la elección, pese a ser personajes mediáticos o haber realizado campaña proselitista, pese a la prohibición constitucional de hacerlo. También están quienes tuvieron algún antecedente con el oficialismo y que fracasaron en su intento de poder llegar o mantenerse con un puesto en el Órgano Judicial en Sucre.
Uno de estos casos es el de Israel Campero, que apenas logró 102.909 votos, que significa 9,60% de la votación, siendo el cuarto de los ocho varones postulantes al cargo.
El mediático abogado que hasta hace poco fungió como vocal de la Sala Constitucional Primera de La Paz, fue catalogado por la oposición como un operador del masismo en tribunales. Uno de los polémicos casos que atendió esa sala fue la paralización de las interpelaciones a ocho de los ministros del Ejecutivo por parte de la Asamblea Legislativa, desde 2023.
Otro expediente definido por Campero fue una orden para que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) supervise este año el congreso del MAS arcista, que fue el corolario para que esa facción se distancie de la llamada ala evista.
Con toda esa exposición mediática y supuesto respaldo político, se esperaba que el vocal Campero llegue sin problemas al TCP, pero su votación mínima lo dejó fuera de cualquier posibilidad.
En el Tribunal Supremo de Justicia destaca Félix Orlando Rojas, quien hizo todo tipo de campaña pagada desde sus redes sociales, además de empapelar El Alto y La Paz con afiches, así como colocar adhesivos en varios sindicatos de minubuses, pues él se presentó como un candidato surgido “del pueblo”, porque fue voceador de niño.
Rojas Alcón quedó en segundo lugar con 335.606 votos que es el 31,80% de los tres candidatos varones. El magistrado electo suplente, Iván Ramiro Campero, alcanzó 40,66%, aunque aquello no le garantiza un espacio en el TSJ en Sucre.
Quien sí asumirá el cargo en enero es Fanny Coaquira que obtuvo 595.826 votos, que hacen el 62,51% del total escrutado.
En Potosí, el exconsejero de la Magistratura, Marvin Molina, que ahora buscaba otros seis años como alto magistrado en el TSJ, perdió por poco margen contra Octavio Boris Janco en las candidaturas masculinas. El expresidente de la Magistratura tuvo 69.654 votos (30,80%), mientras el exjuez llegó a 73.014 votos (32,29%). Pese a esa cifra, quien asumirá la titularidad en el TSJ por Potosí y con amplia diferencia, es Norma Velasco Mosquera, quien obtuvo 86.842 votos (40,53%).
Molina Casanova, quien estuvo implicado en un audio de 2022 en el que coordinaba espacios de poder con un diputado del MAS, en sus redes sociales agradeció a sus votantes y dijo que continuará trabajando “desde donde me toque, por la justicia y el desarrollo de nuestro querido Potosí”.
En Santa Cruz, la candidata al TSJ, Miriam Rosell, despertó sospechas cuando el cómputo comenzó a acortar la diferencia entre ella y Romer Saucedo, tras una supuesta interrupción en el sistema. El polémico panelista Virginio Lema decía que se estaba desarrollando “un fraude informático” para bajar al segundo lugar al representante chiquitano y favorecer a quien señaló, sin pruebas, como oficialista.
Al final, el cargo titular en el TSJ por Santa Cruz quedó para el joven abogado con 738.457 y la suplencia para Rosell con 717.681 votos, aunque porcentualmente ella obtuvo 73,52% en la lista de mujeres y él quedó con 70,01% en la nómina de varones, situación que podría empañar la designación.
De esta breve nómina, resalta que todos los candidatos perdedores fueron señalados como parte de las “listas azules”, mientras quienes ganaron y asumirán las magistraturas son postulantes independientes.
Las llamadas “listas azules” circularon en redes sociales días antes de la elección del domingo 15 de diciembre y una de sus visibles impulsoras fue la diputada de Comunidad Ciudadana, Luciana Campero.
“Estas listas facilitan la investigación ciudadana y ofrecen un par de opciones viables, entre las cuales podrá encontrar candidatos que se alejan del MAS y de los políticos tradicionales. La intención es clara: liberar a la justicia del control partidario y de las garras del MAS. Pese al manoseo del proceso, el cambio arbitrario de reglas y la indignante parcialidad de estas elecciones, aún podemos devolver algo de independencia al máximo tribunal judicial”, escribió y compartió la legisladora tarijeña poco antes del silencio electoral.
A diferencia de las elecciones judiciales de 2011 y 2017, cuando el voto nulo superó el 60%, esta vez hubo mayor votación válida y con ello se eligió a los nuevos magistrados que reemplazarán, parcialmente, a los llamados autoprorrogados.