Nacionalismo boliviano

FABIÁN FREIRE

La situación del país es ctualmente crítica, la economía está cada vez peor, la inseguridad ciudadana está a la orden del día, la institucionalidad es nula y se está atentado en contra de la integridad de la nación boliviana. El responsable es el MAS y su nefasto modelo económico, es necesario terminar con el despilfarro y las políticas socialistas, en caso contrario la situación solo empeorará.

Una de las primeras cosas que hizo el MAS fue fundar el Estado “Plurinacional”, destrozando de esta forma a la nación boliviana y atentado en contra de su unidad. Para el MAS, Bolivia no existe como nación, creando de esta forma una división muy profunda, la cual tuvo su momento más crítico en los enfrentamientos de 2019. En toda su gestión el MAS no ha hecho más que dividir a Bolivia, enfrentar a las regiones y ser el artífice de un Estado fallido.

Bolivia, como todo país, tiene diferentes regiones, creencias y costumbres, sin embargo, todas ellas conforman el total de la nación boliviana. Una nación siempre tendrá sus diferencias con base en sus regiones o costumbres, pero son éstas las que deben ser un factor de unidad. La nación boliviana nace a partir del mestizaje, que es la base de identidad de todos los países latinoamericanos. Han pasado siglos desde el inicio del mestizaje, tiempo suficiente para que se cree una nación con identidad propia. Una nación que tiene las herencias del mestizaje y que ha podido con el paso del tiempo adoptar y formar sus propias creencias y costumbres, pasando a convertirse en lo que es hoy Bolivia.

Hay diferencias en nuestro país, pero eso es algo común y, como dije, deben ser un factor de unidad que permita mostrar la plenitud de Bolivia. Sumado a esto, nuestro país decidió ser por su cuenta lo que es, decidimos no anexarnos ni a lo que hoy son Perú o Argentina. Decidimos crear Bolivia, por lo que la voluntad de formar a la nación boliviana siempre estuvo presente.

A lo largo de la historia, la nación boliviana nunca pudo consolidarse, el momento clave fue con el fin de la guerra del Chaco, cuando los bolivianos empezaron a buscar formar una nación, lo que se tradujo en la revolución de abril de 1952. La revolución era necesaria y estuvimos en un momento clave en nuestra historia, para por fin consolidar a la nación boliviana. Sin embargo, el MNR falló en su rol histórico y la revolución no pudo consolidar a la nación boliviana, generando en su lugar una época de violencia, represión y caos. Lo positivo es que la revolución puso los primeros cimientos para empezar a pensar en una nueva Bolivia, una que sea capaz de consolidar a la nación y de la que todos sus habitantes puedan formar parte.

Creo que los cimientos que fueron puestos con la revolución del 52 ya están lo suficientemente fuertes para que empecemos a impulsar el nacionalismo boliviano. Desgraciadamente, con la llegada del MAS al poder, se destruyó la idea de nación boliviana y se pasó a optar por la idea de plurinacionalidad, algo que no tiene cabida en nuestro país. Esta idea podría encajar en países europeos que han sufrido migraciones masivas, donde la identidad nacional y costumbres “típicas” se van perdiendo cada vez más. Por ejemplo, en Europa la cultura del islam, la migración de medio oriente y africana y el concepto de ciudadanía europea, han pasado a desgastar la idea de nación. Es lógico, hay múltiples culturas que son realmente diversas y son producto principalmente de la migración. En el caso de Bolivia esto no es así, la nación nace con base en el mestizaje iniciado siglos atrás. De igual forma nuestro país tiene una religión que es compartida por la gran mayoría de la población, como es el cristianismo.

Estamos en el momento idóneo para consolidar a la nación boliviana, terminar de una vez por todas con las divisiones y la ridícula idea de plurinacionalidad. Todos somos bolivianos y es ahora cuando debemos impulsar la unidad nacional y la consolidación final de Bolivia como nación.

FABIÁN FREIRE
Escritor. Estudiante de Ciencias Jurídicas. Columnista en El Diario.
*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21