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Olivia Newton-John, la cantante australiana cuya voz y belleza la convirtieron en una de las estrellas pop más grandes de los años 70 y que cautivó a generaciones de espectadores en la exitosa película “Grease”, murió el lunes, según un comunicado de su esposo. Tenía 73 años.
“Olivia ha sido un símbolo de triunfos y esperanza durante más de 30 años compartiendo su viaje con el cáncer de mama. Su inspiración curativa y su experiencia pionera con la medicina vegetal continúan con el Fondo de la Fundación Olivia Newton-John, dedicado a la investigación de la medicina vegetal y el cáncer. En lugar de flores, la familia pide que se hagan donaciones en su memoria a @onjfoundation”, escribió su esposo, John Easterling, en el comunicado en la cuenta verificada de Instagram de la cantante.
La cantante reveló en septiembre de 2018 que se estaba tratando un cáncer en la base de la columna. Fue su tercer diagnóstico por esta enfermedad luego de episodios de cáncer de mama a principios de los 90 y en 2017.
Su ascenso a la fama
Gracias a una serie de éxitos de country y rock suave, Newton-John ya era un cantante popular a fines de la década de 1970. Pero su papel coprotagonista junto a John Travolta en “Grease” de 1978, posiblemente la película musical más popular de todos los tiempos, la elevó a un nuevo nivel de estrellato.
El mayor éxito de la cantante fue Physical, en 1981, que se mantuvo en el número 1 durante 10 semanas, rompiendo todos los récords en los años ’80
Lucha contra el cáncer
Olivia hacía una vida tranquila, lejos de los flashes, pero solía reaparecer en los medios para concientizar sobre el cáncer. Hace unos años sintió que “algo no estaba bien” y confió en su instinto. “Me hice una mamografía. La mamografía fue benigna y me hicieron una biopsia con aguja que también fue benigna… No digo esto para asustar a las mujeres, pero deben confiar en sus instintos”, contó.
“No sé por qué, pero sospechaba del primer diagnóstico y reservé una cita con el médico. Más tarde, en 1992, descubrieron que tenía cáncer de mama. Todo esto fue abrumador. Fue un sentimiento de pavor, terror, lo desconocido. Pero tomé la decisión de estar bien. Tenía que creer que iba a estar bien, que mi hija (Chloe Lattanzi) era lo más importante en mi vida y que yo estaría bien para ella”, confesó.
Desde 1992, la misma enfermedad se le había reproducido dos veces más, en el 2012 y en el 2017. En último dictamen médico se supo que se añadió un tumor en la base de la columna vertebral.
//FUENTE: CNN/ CLARÍN//