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Asunta Tejerina, de 80 años, había preparado el pasado viernes de carnaval té con buñuelos para compartir con su familia. Sus dos hijos y una nieta comieron esa masa sin sospechar que tenía como ingrediente un plaguicida que la abuela había confundido con leche. Hoy, los cuatro ya descansan en paz en San Julián.
La adulta mayor estuvo internada en terapia intensiva en el Hospital Japonés de Santa Cruz, con signos de haber sufrido intoxicación, tal como sus hijos Abraham y Jorge Ortega Tejerina y su nieta Noemi Ortega Condori, todos fallecidos durante la semana.
El primero en fallecer fue el de 47 años, quien tras su llegada al hospital Japonés se confirmaba su deceso, hecho que se produjo el pasado viernes. Posterior a ello, el lunes 19 de febrero, el otro adulto y la niña no resistieron y murieron, siendo solo la abuelita la última es seguir batallando para sobrevivir, pero su cuadro de salud se complicó y finalmente este miércoles murió.
La familia doliente reclama por los resultados de las pruebas que les tomaron a sus familiares, para saber qué tipo de químico es con el que se intoxicaron cuatro de sus familiares.
La toxicóloga del hospital Japonés, Banny Zelada, señaló que el diagnóstico preliminar apunta a una intoxicación por plaguicida, aunque el producto utilizado es desconocido.
Por su parte, el toxicólogo Jorge Olivares destacó la importancia de mantener los productos químicos fuera del alcance de los alimentos y aseguró que el plaguicida estaba en un envase de plástico, diferente a su envase original, lo que pudo haber contribuido a la confusión.
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