RODOLFO FAGGIONI

El proyecto qatarí, era muy claro. Usar el Mundial 2022 para ocultar y blanquear su imagen. Es una monarquía absoluta donde no es concedida alguna oposición y se prohiben los partidos políticos. Su política se basa en la Sharia Islámica, existe la condena a muerte, la violación de los derechos humanos, la libertad del derecho de expresión, el sistema de tutela masculina, donde las mujeres no tienen ningún derecho.

Esta situación ya era conocida por la FIFA en 2010 cuando concedió a Qatar el torneo mundial y se ha visto cual era la línea política de la FIFA enérgicamente defendida por su presidente el italo-suizo Gianni Infantino: “primero los goles, luego los derechos humanos” y la exagerada declaración “el mundial más lindo del mundo”

Mucho se ha escrito sobre el amuerzo secreto del 23 de noviembre de 2010 en el Palacio francés del Eliseo en el que participaron el entonces presidente Nicolás Sarkozy, el presidente de la UEFA (Union of European Football Associations) Michel Platini y el hijo de Hamad bin Khalifa Al Thani, en esos tiempos príncipe heredero, hoy Emir de Qatar.

El resultado de este almuerzo secreto, fue que diez días después, cuando la FIFA se reunió para asignar los campeonatos mundiales de fútbol 2018 y 2022, Francia inesperadamente votó por el Qatar y no por los Estados Unidos, como se había establecido.  Casualmente, pocos meses después el Qatar compró de los franceses los aviones Airbus. Un año después, en 2011, Qatar Sports Investments compró el equipo de fútbol PSG (Paris Saint-Germain) y lanzó en Francia la plataforma televisiva qatarí beiN Sports, que obtuvo los derechos televisivos de transmitir los partidos del campeonato de fútbol de Francia y los Campeonatos Mundiales. No contentos de estos regalos a los franceses, en 2015 los qataríes compraron los cazas Rafali por un total de 6.300 millones de dólares.

Ahora Doha, que aprendió el jueguito gracias a sus millones de dólares, quisiera tambien los juegos Olímpicos de 2036 y Arabia Saudí que le sigue, la Copa del Mundo de 2030 y a Roma le quiere despojar de la Exposición Mundial 2030. Ya ha obtenido los Juegos Invernales Asiáticos de 2029 en Neom, juegos de invierno en la caliente y árida Arabia Saudí. Para el 2025 construirán en el norte del país en las laderas de una montaña de 2.600 metros de altura, la estación invernal de Trojera, donde en pleno invierno y gracias a la nieve artificial será posible esquiar.

Después de todo, a ninguno de los grandes de la tierra les importa mucho esta situación porque el Qatar, rico en petróleo pero sobretodo en gas natural, es indispensable para la economía del Viejo Mundo. Putin después de  invadir Ucrania ha disminuído mucho el suministro de gas con la consiguiente necesidad de Europa de prescindir del gas ruso lo antes posible. Para ello, el gas licuado de Qatar es fundamental y esto lo sabe muy bien Europa y cierra no uno sino los dos ojos.

RODOLFO FAGGIONI

Periodista y Corresponsal en Italia. Miembro efectivo de Prensa Internacional

*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21