Bolivia está en un momento clave de su historia; de no realizar los cambios estructurales necesarios, corremos el riesgo de que nuestro país colapse. Estamos a muy poco de convertirnos en un país como Cuba o Venezuela, donde la miseria está a la orden del día. El MAS y su socialismo son los responsables de esta situación, pero la oposición también es culpable por jamás haber sido capaz de plantear propuestas y estrategias idóneas para derrotar al masismo. La oposición, todo este tiempo, se ha relajado, y su principal aliado es el “voto útil”; piensan que solo gracias a éste podrán resultar triunfadores, en vez de buscar seducir al electorado y crear una militancia real y leal.
La oposición ha dejado mucho que desear en estos 20 años, y tengo serias dudas de si podrá estar a la altura en estas elecciones. Dejando un poco de lado los programas de gobierno y en un supuesto escenario en donde la oposición gane las elecciones, quien sea electo presidente, además de contar con un programa óptimo para sacar a Bolivia de la crisis económica, debe tener carácter.
La gestión venidera no será sencilla; será una de las más difíciles de nuestra historia y, de fallar, la oposición puede causar el retorno del MAS con aún más fuerza. Hay grandes cambios que realizar en esta gestión para lograr la supervivencia de nuestra patria. Desde este momento, debemos mentalizarnos en que habrá un costo social significativo que afrontar. Muchas medidas de “shock” serán repudiadas por muchos sectores, pero no se deberá dudar ni retroceder en ellas; en caso contrario, nuestro país seguirá hundiéndose en una profunda crisis.
El carácter es importante porque hace que, en momentos de tensión, no se dé un paso atrás. Que, pese a tener todo en contra, se continúe remando en una sola dirección, una dirección que deberá dar fin al modelo masista-populista destructor. Gobernar no es fácil y, en una gestión tan difícil como la próxima, con un país en estado crítico, esto se vuelve aún más complejo. Es por eso que tengo dudas sobre la capacidad actual de la oposición. ¿Serán capaces de salvar a Bolivia y realizar los cambios estructurales necesarios, o fracasarán como lo han hecho durante los últimos 20 años? Es realmente preocupante la situación de Bolivia, y nosotros, los ciudadanos, debemos estar dispuestos a hacer lo que sea necesario para salvar a nuestra patria.
De igual forma, si entra un gobierno opositor, que se olvide de contar con mayoría parlamentaria, como afirman los más optimistas. Las circunscripciones están diseñadas para favorecer al sector rural, y el TSE es servil al masismo. Se me hace complejo pensar en un triunfo opositor sabiendo que el “árbitro” es masista y que, por años, se ha venido realizando fraude electoral de la manera más descarada posible.
Respecto a los candidatos, si algo tengo claro, es que ninguno cuenta con el carácter necesario para guiar al país en estos tiempos oscuros y combatir al socialismo. Posiblemente, los únicos dos candidatos que cuentan con cierto carácter son “Tuto” Quiroga y Manfred Reyes Villa. Del primero, porque sabe que los cambios estructurales no son fáciles de llevar a cabo, y menos en nuestro panorama actual; del segundo, por su pasado militar. Sin embargo, no estoy seguro de si tendrán el carácter y la firmeza necesaria en el escenario actual. No contamos con un líder con carácter en la actualidad en nuestro país; estos dos son lo más rescatable, pero no significa que sean los adecuados. Ojo, si son o no funcionales al MAS es un tema para otro artículo, sobre todo en lo relacionado con el alcalde de Cochabamba.
Se aproximan tiempos duros. El carácter es necesario para no dejarse vencer por el socialismo y evitar que la patria caiga en la absoluta miseria. Hoy más que nunca debemos afirmar que “Bolivia está sobre todas las cosas”.
- FABIÁN FREIRE
- Escritor. Estudiante de Ciencias Jurídicas. Columnista en El Diario.
- *NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21