Desde hace aproximadamente diez años, el número de sofware, video-juegos, películas en dvd, CD musicales, cintas fonográficas etc. ilegales que circulan en el mercado mundial ha aumentado de forma escandalosa. En muchos países, las ventas de CD-rom ilegales son mayores que las legales. Lo afirma el IIPA (International Intellectual Property Alliance )
Continuamente se hacen “forum” internacionales contra la piratería audio-visual, participan centenares de expertos y operadores, se redactan resoluciones dirigidas a los gobiernos de todos los países representados, pero los resultados son mediocres. Resultados positivos son únicamente las disposiciones en materia legislativa sobre concretas medidas preventivas y represivas hacia los piratas audio-visuales
Todo esto pero no basta, las empresas fono-discográficas internacionales están dispuestas a dar batalla legal hasta las últimas consecuencias para extirpar de la raíz este cáncer que está dañando de forma terrible este sector, pues está en juego la supervivencia de millones de puestos de trabajo en todo el mundo.
La industria discográfica, que en los años 80 – 90 alcanzó su más alta producción, ha llegado ahora a una situación insostenible, como consecuencia tanto del tráfico pirata de CD y software como de las denominadas grabaciones “privadas”, imposibles de controlar sino por medios indirectos.
La copia “privada” o “grabación casera” como se la denomina más comúnmente, consiste en la transferencia a CD de programas de software, películas o emisiones radio-televisivas para usos domésticos personales. En casi todos los casos, esta práctica entraña el uso no autorizado de material protegido, y en la gran mayoría de los países, este uso no autorizado escapa del control de la ley nacional de propiedad intelectual.
La copia o grabación privada constituye un problema, porque el hecho de que millones de personas de todo el mundo estén haciendo copias no autorizadas de obras protegidas, constituye una gravísima amenaza para los derechohabientes, los creadores, ejecutores y productores de propiedad intelectual. La producción privada, de hecho, es más perjudical para los creadores y productores de grabaciones que la piratería.
En casi todos los países del mundo, la reproducción privada está prohibida por la ley, es ilegal regrabar, discos, cintas y CD comerciales sin la autorización de los propietarios de “copyright” Este mercado clandestino, insuficientemente perseguido, de un valor aproximadamente de más de tres mil millones de dólares al año por ventas ilegítimas, ha provocado la quiebra de muchas industrias de renombre internacional. La misma Asociación Boliviana de Productores de Fonogramas y Videogramas (Asbopofrón) ha calculado en 25 millones de dólares al año las pérdidas por efecto de la piratería musical. De acuerdo con las cifras proporcionadas en el informe de la IIPA, Bolivia tiene los índices de piratería más altos de América Latina en música (85%) y software (81%). En Europa las puntas máximas se encuentran en Alemania. Holanda e Italia.
Los europeos, los más damificados, junto a los japoneses y estadounidenses, consideran esencial tener bajo control todo lo concerniente a “grabaciones audio-visivas” impidiendo legalmente la explotación parasitaria a esta agresión bellaca de los piratas que además de la preocupación financiera, ofende la creatividad intelectual y artística.
- RODOLFO FAGGIONI
- PERIODISTA Y CORRESPONSAL EN ITALIA. MIEMBRO EFECTIVO DE PRENSA INTERNACIONAL
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