Cochabamba dejó de ser “centro calzadista de Bolivia”. El 90% de los talleres de zapatos cerró desde el brote de COVID-19.
Antes de la pandemia, el departamento era sede de al menos 300 factorías que elaboraban una gama de calzados, desde sandalias, hasta botas. Ahora, solo 30 están abiertas.
David Jiménez, uno de los representantes de la Unión de Productores de Calzados de Cochabamba, recordó con nostalgia que comercializaban su producción en todos los departamentos de Bolivia.
Los artesanos llevaban zapatos al interior del país y, a veces, los mismos revendedores llegaban al departamento en busca de esta mercadería que es considerada de calidad.
Ni siquiera la reanudación de las labores educativas presenciales mejoró las ventas de los calzadistas cochabambinos. “Estamos casi tres años sin ventas”.
Detrás de este rubro hay al menos 3 mil familias, considerando toda la cadena productiva involucrada.
REACTIVACIÓN
Para retomar la “vocación calzadista” de Cochabamba, este gremio pretende adjudicarse un millonario contrato municipal.
Jiménez explicó que la Alcaldía de Cochabamba comprometió la dotación de zapatos a los escolares del municipio. Los zapateros quieren agarrar este contrato y están dispuestos a competir con el resto de las empresas participantes.
Según Jiménez, esta es la primera vez que se unieron -algunos están desempolvando sus máquinas- para alcanzar un mismo fin: ser contratados.
Si consiguen pactar con la Municipalidad, garantizarán empleo directo para más de 600 familias cochabambinas.
PROYECCIONES
Este sector también proyecta llegar con su producción a los más de 3.5 millones de estudiantes que están en establecimientos de salud públicos y privados de Bolivia.
Jiménez anticipó que ya hay tres municipalidades del departamento que pretenden replicar el proyecto de dotación de zapatos a sus estudiantes.
Se trata de Cliza, Punata y Sacaba. La última alcaldía tiene más adelantado su proceso de contratación de una empresa.
Una vez que se den a conocer, su objetivo es abrir tiendas a nivel nacional, bajo su sello. “Hay un proyecto”.
Este gremio debe competir con el contrabando y empresas internacionales que tienen múltiples tiendas en Cochabamba. No obstante, en criterio de Jiménez, Cochabamba se caracteriza por la calidad.
//FUENTE: OPINIÓN//
