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OSCAR ARCE
A raíz del desplome de una casa en un zona céntrica de la ciudad, efecto de las lluvias (pese a que los progresistas dijeron que estábamos en sequía por lavar autos y bañarnos seguido) la cruda realidad es que este año, debido a la imposibilidad de pronosticar el tiempo, se dio una de las épocas con mayor nivel de precipitación pluvial que años pasados, sumado a que la gestión del nuevo alcalde no mejoró la ya deteriorada condición del sistema hídrico en nuestra ciudad e hizo lo que hicieron los demás alcaldes desde 1940, parches.
La represa de Hampaturi – Ajuan Khota fue construida en 1945 con una capacidad de 3.500.000 (m3) metros cúbicos de agua, en 1950 la ciudad de La Paz contaba con aproximadamente 600.000 habitantes y por supuesto la dotación de este vital elemento debía estar garantizado para esos habitantes, esa fue la premisa de la construcción de esa represa, luego en 1990 fue construida la de Incachaca – Estrellani – Kinquillasa con una capacidad de 4.600.000, en 2014 se lanzó una licitación para la construcción de Hampaturi Alto y recién en 2017 terminó su construcción, junto a otras represas dotan de agua al Departamento de La Paz y a los millones de habitantes que viven en ella.
Pese a estas represas la dotación y el control de cause aún no está resuelto, en la ciudad el sistema pluvial es obsoleto, data de los años 40 y se tiene algunos embovedados que si bien se hicieron en gestiones anteriores, son solo parches y la dura realidad es que La Paz, “ciudad maravilla”, se encuentra dentro el rango de las ciudades más atrasadas y pobres del mundo.
Si vemos en la famosa fotografía que se publicaron en diversos medios gráficos y redes sociales un detalle que seguramente pasó inadvertido para casi todos los que vieron las imágenes, es el hecho de que la casa que se derrumbó está hecha de adobe, de seguro una de esas casas que se dicen “patrimoniales” o que la construcción fue realizada hace muchas décadas. Y nadie se preguntó porque seguimos teniendo casas hechas de adobe que en pleno siglo 21 o porqué nadie puede refaccionarlas o adecuarlas. También está la maraña de cables telefónicos, eléctricos, de servicios de internet, etc. La respuesta es muy sencilla, somos un país pobre y atrasado.
¿Por qué somos un país atrasado y pobre? Pese la cantidad de potencialidades (recursos) Bolivia cuenta con uno de los PIB más pequeños del mundo, el PIB per cápita es demasiado pequeño frente a los países desarrollados, el promedio de ingreso de nuestro país es uno de lo más bajos de la región (y eso no se soluciona con salarios mínimos), estamos en el puesto 176 de libertad económica, en lo referente al PIB el mayor porcentaje de este lo genera el gasto público que es dinero del contribuyente, y si hablamos del contribuyente, es un grupo muy reducido que solo muy pocos pueden aportar al sofocante sistema tributario y al grupo grande le resulta perjudicial el sistema impositivo, teniendo que optar por buscar suministros baratos de tercera calidad para poder tener ganancias, por lo que debe vender caro sino entraría en pérdida. De los microempresarios que acusan de “no aportar”, sacarles impuestos prácticamente los estaría condenando a la quiebra de sus fuentes de ingreso o tendrían que subir precios (congelar precios no soluciona el problema), por lo tanto la inversión privada se hace muy baja, salarios muy bajos, paridad de poder de compra muy bajo.
Ante este hecho se puede ahora notar el porqué hay casas de adobe que no pueden ser refaccionadas, la alcaldía no debe hacerlo ya que no tiene por qué tocar PROPIEDAD PRIVADA, no hay poder adquisitivo para poder refaccionar ya que para muchos, costaría como dicen “un ojo de la cara” y además debido al PIB tan bajo que tenemos los recursos para otorgar a áreas públicas como calles y áreas verdes son muy pequeños y una buena parte la alcaldía lo gasta a nombre de proyectos sociales que solo generan gasto o sedes vecinales que solo sirven para que un grupo de dirigentes se reúnan a charlar de la vida, etc.
Por eso, la culpa no es solo del actual alcalde que sí tiene serios problemas de gestión, está más preocupado en dar pegas y verse tierno ante las cámaras para la ciudadanía, como ese insulso de Pepe Mujica (expresidente de Uruguay), la culpa también es de este sistema que hace que el minúsculo presupuesto que se tiene para una ciudad de mas de dos millones de habitantes sea para prácticamente nada, proyectos con muy poco presupuesto, mano de obra no cualificada y por supuesto demasiada burocracia para iniciar alguna acción, sumado a la muy baja paridad de compra de nuestra economía y desde luego implica un riesgo altísimo para los inversionistas que quieren venir a La Paz, sean nacionales o internacionales (estos ponen 10 veces más dinero que los nacionales), hacen que la ciudad de La Paz, “ciudad maravilla”, sea una de las ciudades más pobres y atrasadas del mundo. La forma de solucionar de verdad el problema es que nuestro país cambie a un sistema liberal económico y en temas municipales, obviamente se debe reducir el gasto de la alcaldía, ello implica reducir direcciones y secretarías que no sirven para nada.
Si no cambiamos el sistema económico las épocas de lluvias o de sequía serán un martirio para los ciudadanos que vivimos acá en la ciudad y es más que evidente que nos limita a la capacidad de mejorar nuestros bienes inmuebles sumado a que la alcaldía prohíbe de manera dictatorial a que modifique una fachada si esta es tachada de patrimonial, todo esto hace que vivamos en un caos continuo que no parará hasta que sea prácticamente insostenible la situación. Chukutas – Viva la Libertad!