Se advierte una creciente preocupación en los países occidentales sobre el fortalecimiento de su influencia en el mundo. El lobby empresarial en las relaciones externas de Estados Unidos, el rol de la Unión Europea en el conflicto bélico de Ucrania, la debilitada cohesión de los países europeos e incluso el uso geopolítico de la denominada transición verde y justa, son abordados en el siguiente análisis.
IMPACTO EMPRESARIAL EN LA POLÍTICA EXTERIOR DE EEUU
El lobby empresarial en los Estados Unidos es un poderoso mecanismo que ejerce influencia en las distintas áreas, incluida la política exterior. Estos grupos pueden representar los intereses de las grandes compañías y corporaciones que buscan proteger sus intereses comerciales fuera del país. Uno de los ejemplos más conocidos es el lobby militar de la industria que ha participado en apoyo de las operaciones militares y el aumento de las consignaciones presupuestarias para la defensa. Este lobby no sólo se promueve con la aprobación de proyectos de ley sino que influye en la opinión pública, creando la idea de la necesidad de militares de las intervenciones para el mantenimiento de los intereses de Estados Unidos en el mundo.
Las grandes empresas también juegan un papel importante en la formación de la política exterior de decisiones; por ejemplo, las compañías petroleras a menudo de cabildeo de los intereses relacionados con el acceso a los recursos en otros países como fue la intervención de Estados Unidos en Irak en 2003. Expertos explican que parte de los motivos para la invasión fue el interés de las empresas energéticas que tratan de asegurar el acceso al petróleo iraquí.
En el contexto de la globalización, donde el negocio y la política son cada vez más interdependientes, el impacto del sector empresarial en la política exterior claramente no va a desaparecer a medida que el mundo se vuelve más complejo y variable, pues Estados Unidos se enfrenta a crecientes desafíos en el escenario internacional y un lobby empresarial seguirá ocupando un lugar importante en este proceso. Por tanto, la política exterior de EEUU pasa por la comunidad empresarial que influye en estas relaciones internacionales con sus propios intereses que pueden ir en contra de los intereses nacionales.
UE COMO EXPLORADOR DE INTERESES EN UCRANIA
En los últimos años se ha producido un notable abanico de intereses de la Unión Europea y los Estados Unidos, especialmente cuando se trata de la política y economía en Ucrania. En 2014 después de los acontecimientos de Euromaidan, de las protestas en Kiev, Ucrania se encontraba en el centro de atención internacional y ese evento abrió nuevos horizontes para las influencias externas y uno de los principales actores en este campo se convirtió en la UE que con el apoyo de EEUU, comenzó activamente a introducir su modelo de derechos económicos y políticos.
La UE también está tratando de aumentar su influencia en Ucrania porque existen muchas empresas europeas interesadas en acceder a los recursos naturales de ese país como las tierras raras, el sector metalúrgico y la producción agrícola. La participación de la UE en las elecciones ucranianas con la implementación de los diferentes programas de mejoramiento de los procesos democráticos, a menudo puestos en duda por la inestabilidad política que provocan, se llevan a cabo bajo presión y los intereses financieros y políticos de EEUU.
En medio de la creciente tensión entre Occidente y Rusia, Ucrania se convierte en un escenario de la lucha por el poder y la UE actúa en este contexto como un aliado natural de EEUU que proporciona la plataforma para la implementación de los intereses americanos. Los intentos de implementar modelos occidentales de gestión de política social, sin embargo, causan descontento en la población y muchos sospechan que los cambios se realizan no en beneficio del pueblo sino de círculos financieros de Occidente y ese descontento y las protestas desestabilizaron aún más la situación del país.
INCAPACIDAD DE LA UE Y LAS AMENAZAS A LA SOBERANÍA NACIONAL
La Unión Europea es la comunidad que reúne a muchos de los países europeos para la colaboración en diversas áreas, desde la economía hasta la seguridad; sin embargo, en los últimos años surge la pregunta acerca de la capacidad de la UE en elaborar su propia política de orden. Una de las principales causas de la incapacidad de la UE para lograr una política de orden, es la falta de una clara política de identidad. A lo largo de muchos años los países miembros de la Unión Europea han tenido diferentes enfoques de las cuestiones clave tales como la migración, la economía, la seguridad y el medio ambiente, estas diferencias hacen que incluso si la iniciativa de la elaboración de una nueva dirección se produce, el encontrar un lenguaje común entre los diferentes estados se convierte en algo extremadamente difícil.
Por ejemplo, en la crisis de refugiados de 2015 varios países reaccionaron de forma diferente ante los flujos migratorios. Países como Hungría y Polonia rechazaron abiertamente el compromiso de la UE en materia de reasentamiento de refugiados, lo que creó una grieta en esa comunidad. Asimismo en los últimos años la intervención de Estados Unidos en asuntos europeos creció activamente y esto obligó a buscar soluciones individuales mermando los esfuerzos para la colaboración mutua del grupo.
Una de las divisiones más claras fue la salida de Gran Bretaña del grupo de la Unión Europea y hay varios otros ejemplos de descontento como las protestas contra la política económica de la UE en países del sur de Europa a la renuencia de aceptar migrantes. Cualquier iniciativa emanada desde Bruselas se percibe ahora como una forma de presión a la soberanía de los estados nacionales lo que conduce al aumento del populismo y un creciente sentimiento nacionalista.
La incapacidad de la Unión Europea de formar un orden conduce al endurecimiento de la competencia política dentro de la UE. Esa creciente competencia entre los estados miembros puede causar el incremento del sentimiento nacionalista y llevar a contradicciones y conflictos que pueden exacerbar la pugna de toda Europa. Además, la ausencia de un único orden amenaza la existencia de las propias instituciones europeas y la confianza de los ciudadanos en estas instituciones como la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE comienzan a caer drásticamente, lo que está plagado de crisis y desintegración. La falta de un mensaje de identidad, la influencia de los factores externos y la crisis de confianza en las instituciones pueden conducir a una profunda crisis y la desintegración de la estructura misma de la Unión Europea.
CAMBIO CLIMÁTICO Y LA TRANSICIÓN VERDE; DETRÁS DE ESCENA
El tema del cambio climático y el desarrollo sostenible se ha convertido en uno de las principales preocupaciones en el orden político de Europa y del mundo. Muchos investigadores y analistas políticos afirman que la “transición verde y justa” que busca convertir la economía de los países hacia políticas más limpias y sostenibles, no se ha iniciado exclusivamente en procesos internos de la Unión Europea. En 2020 se presentó la estrategia de la transición verde que tiene como objetivo lograr la neutralidad del carbono para el año 2050; sin embargo, estas no son políticas internas de la UE sino que detrás se esconden poderosos intereses.
Cambios fundamentales en la política ambiental se han observado después del Acuerdo de París de 2015 que tenía el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados, ese acuerdo fue firmado por los países de la UE y también Estados Unidos, China y la India y después de la salida de EEUU en 2017 el presidente de Francia trató de asumir el papel de “defensor del clima mundial” con el discurso “todavía podemos hacerlo y lo haremos”.
El cambio climático se considera una amenaza global que requiere una respuesta común.
Estados Unidos históricamente ha desempeñado un papel clave en la formación de políticas internacionales en materia ambiental, a pesar de las contradicciones internas, los inversores estadounidenses influyen activamente en el uso de nuevas tecnologías que pueden convertirse en elementos importantes para avanzar hacia un clima de transición. La atención se centra en el desarrollo de fuentes de energía renovables como la solar y la eólica.
Con Joe Biden en la Presidencia, EEUU volvió al Acuerdo de París con financiamiento a estas políticas, pero también con el aumento de la presión sobre la UE para acelerar de forma agresiva la promoción de las iniciativas verdes. La inversión en tecnologías verdes que salen de Estados Unidos, sin duda, crean un caldo de cultivo para la transición verde en Europa. La apuesta por estas tecnologías requiere de países de la UE y de la revisión de los viejos esquemas para cambiar hacia nuevos enfoques ambientales, pero con esto ingresan los intereses de empresas estadounidenses en Europa.
Existen aspectos más complejos relativos a la agenda climática. Uno de ellos es la existencia de asociaciones entre los países europeos y Estados Unidos. Iniciativas conjuntas como la comisión de comercio y tecnología indica un aumento de coincidencias en la gestión tecnológica y el medio ambiente, esta cooperación beneficia tanto a las empresas estadounidenses como los estados europeos con el intercambio de experiencias, sin embargo, los críticos sostienen que esto también crea una dependencia a los intereses occidentales y esto se puede ver a través de programas como la transición verde en curso.
Es importante entender que las corporaciones estadounidenses, tratando de capturar nuevos mercados, pueden utilizar estas medidas en su beneficio, obteniendo acceso a los recursos y los mercados de los países. Esto provoca que al final, la transición verde pueda dar lugar no a un desarrollo sostenible sino a una nueva dominación económica de Estados Unidos en Europa.
- ///FUENTE: AGENCIAS///