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Hispanoamérica en la era de la globalización y la competitividad

A mediados de la década del 2010, concretamente, el 2015, el Banco Mundial afirmó que, por primera vez en la historia de la humanidad, la pobreza extrema se había reducido por debajo del 10%, exactamente, al 9,6%. Si comparamos esos datos con los de 1990, donde la pobreza extrema era cercana al 37%, podemos afirmar que la caída del bloque soviético y el inicio de la globalización han sido los factores más importantes para sacar al mundo de la miseria y el hambre, que, dicho sea de paso, son las condiciones naturales del hombre.

Esa magnífica experiencia viene acompañada de otros beneficios, por ejemplo, mejor nutrición, alargamiento de la esperanza de vida y mayores índices de alfabetización. Todo eso se logró no gracias a los gobiernos, sino a pesar de ellos, puesto que no estuvieron ausentes las clásicas intervenciones en temas tan sensibles como el sector financiero y monetario. Políticas que generaron auges ficticios y posteriores recesiones.

Sin embargo, hay una región que decidió bajarse del tren de la globalización y de un mundo en plena revolución tecnológica: sí, nosotros: Hispanoamérica. Fenómeno que ya había sido pronosticado en un informe del año 2005 titulado: América latina en 2020, elaborado por académicos de la Universidad de Georgetown y del Consejo Nacional de Inteligencia de Estados Unidos, el trabajo afirmaba de manera enfática:

  • América latina seguirá sin beneficiarse de una mayor integración a la economía global por la ineficacia gubernamental y porque hay un riesgo cada vez mayor de que surjan líderes populistas que explotarán la brecha entre ricos y pobres para consolidar su poder.

En efecto, los caudillos populistas, bajo el paraguas del Foro de Sao Paulo, tomaron gran parte de la región para establecer dictaduras y gobiernos, que, si bien mantienen cierto grado de institucionalidad, pusieron toda su política exterior al servicio del Socialismo del Siglo XXI.  ¿Cuáles fueron los resultados?

Hugo Chávez se apoderó del Banco Central de Venezuela en 2007. Tras su muerte en 2013, Maduro, el sucesor puesto por Cuba, heredó niveles de inflación del 40 % anual. En 2017, la mala gestión monetaria del régimen chavista había dejado la inflación en el 438% anual. Sin embargo, lo peor recién estaba por venir, puesto que, entre 2018 y 2019, el régimen chavista desató una inflación del 65000 % y del 19000 %, respectivamente.

Ante ese negro panorama, los venezolanos comenzaron a abandonar su país en masa en 2014. Para el año 2022, 6,8 millones de venezolanos residían en el exterior, muchos de ellos como refugiados. Según R4V, una plataforma del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y la Organización Internacional para las Migraciones, había 7,77 millones de refugiados y migrantes venezolanos en el mundo a principios de 2024.

Mi natal Bolivia es otra de las naciones que cayó prisionera del Socialismo del Siglo XXI, ya que la nacionalización y el autoritarismo populista del cocalero Morales y sus cómplices han declinado la producción en, prácticamente, todos los rubros. La industrialización no solo no ha avanzado, sino que hoy Bolivia depende aun más de la exportación de las materias primas.

La ilusión de crecimiento económico, que muchos bautizaron como «milagro», se basó en un programa de Gasto Público y la manipulación de las tasas de interés mediante la ley No 393 de Servicios Financieros. Las empresas estatales son ineficientes y deficitarias. Por su parte, las empresas privadas, por inseguridad y temor ante el terrorismo tributario, han reducido su inversión al mínimo, incluso muchas mudaron sus operaciones a Paraguay y Uruguay.

En conclusión, es una pena que mientras las naciones del mundo, incluida una gran parte de África, está buscando como mejorar la competitividad de sus economías, nuestros países todavía sigan de rehenes de una recua de hampones.

  • HUGO BALDERRAMA FERRUFINO
  • ECONOMISTA, MASTER EN ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS Y PHD. EN ECONOMÍA
  • *NDE: LOS TEXTOS REPRODUCIDOS EN ESTE ESPACIO DE OPINIÓN SON DE ABSOLUTA RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO COMPROMETEN LA LÍNEA EDITORIAL LIBERAL Y CONSERVADORA DE VISOR21