El arzobispo de Santa Cruz monseñor Sergio Gualberti afirmó este domingo que no puede haber neutralidad e inercia frente al repudio mundial contra la invasión a Ucrania y dijo que adherirse a esa condena es la verdadera forma de solidarizarse con ese pueblo agredido.
Manifestó que esa agresión ha despertado la indignación y repudio en casi todo el mundo y muestra la oportunidad de comprender que el recurso de la violencia es condenable y de que todo pueblo tiene el derecho inalienable de ser gestor de su destino y de vivir en libertad y en paz.
Indicó que estos días somos testigos de la invasión armada y arbitraria de Ucrania que responde al proyecto expansionista que está causando muchas víctimas, sobre todo civiles, tanto dolor y destrucción de edificios públicos y viviendas y el éxodo hasta ahora de 1.5 millones de prófugos entre niños, mujeres y ancianos.
Gualberti manifestó que lo que causa más preocupación todavía es que sobre esta desdicha se ciernen nubarrones de un conflicto mundial y el uso de armas nucleares.
En su homilía del primer domingo de cuaresma, recordó que el testimonio de Jesús cuestiona el poder por el poder que sigue siendo la tentación muy seductora en el mundo hoy.
Señaló la actuación de tantos personajes que por la sed insaciable de poder se endiosan y asumen poses de salvadores, subyugan a naciones enteras como la manipulación de las leyes y de la justicia, con el recurso descarado a la mentira y al engaño y hasta con el poder militar.
Dijo que la cuaresma es la oportunidad de tomar las distancias de tantas distracciones y preocupaciones materiales y de encontrarnos a solas con Dios, de conocer la verdad a cerca de nosotros mismos y de reavivar nuestra amistad con él.
//FUENTE: ERBOL//