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Redacción VISOR21
Hoy se cumplen 20 años de la llamada “guerra del gas” o también conocido como “octubre negro”, una de las dos crisis políticas y sociales que Bolivia soportó desde el retorno de la democracia.
Gonzalo Sánchez de Lozada lleva dos décadas fuera del país, radicado en Estados Unidos, donde salió aquel 17 de octubre de 2003, tras presentar su renuncia a la Presidencia de la República, con 60 personas muertas en la convulsión social provocada semanas previas.
A la edad de 93, Sánchez de Lozada “rompió el silencio”, primero con un ensayo de nueva Constitución de todos, presentada a medio año, y ahora con una carta en la que dice poco, llama crisis al periodo que hoy otros califican como “golpe de Estado”, pero deja sentado que el país perdió dos décadas de vida democrática.
A 20 AÑOS DE LA CRISIS DE OCTUBRE
“Hace dos décadas, después de comprobar que mis adversarios políticos estaban dispuestos a seguir provocando la muerte de civiles inocentes, envié un Mensaje al Congreso Nacional poniendo a su disposición mi cargo de Presidente Constitucional de la República.
En esa carta describí mi presentimiento de los días difíciles que venían para Bolivia. Me dolía la violencia y cada una de las pérdidas humanas que ocurrieron esos días. También quería creer en que al volver la calma se abrieran las puertas del entendimiento, dando oportunidad a que se cumplieran las promesas de los que habían provocado la crisis social y política que dejaba atrás. No fue así.
Los gobiernos que me sucedieron cosecharon los frutos de las inversiones y acuerdos comerciales que, en paz y en democracia y con mucho esfuerzo construimos entre todos. El país gozó de la mayor bonanza exportadora de su historia, pero los nuevos gobernantes siguieron alimentando la división, despilfarraron nuestros recursos y desperdiciaron la ocasión que tuvo Bolivia en este tiempo. Creyeron que el éxito era suyo y se dedicaron a cambiar símbolos, a reescribir la historia según sus propios intereses y se aferraron al poder.
El país ha vivido dos décadas de ilusiones traicionadas. Sin embargo, sigo creyendo en el potencial de Bolivia y de su gente. Para alcanzarlo debemos evitar que las divisiones del pasado dicten nuestro futuro y lograr que la colaboración y el entendimiento guíen nuestras decisiones. Hay que lograr que el ser ciudadano signifique el derecho de buscar la prosperidad y disfrutar de las oportunidades que tenemos.
Animado por esas esperanzas presenté hace algunos meses una propuesta de Constitución. Ella busca restablecer valores fundamentales como la ley y la democracia, pero también rescatar su espíritu de innovación, tolerancia y unidad.
Esa fue también la muestra de que estos 20 años no han reducido en nada el compromiso que siento por Bolivia y mi fe en su mejor destino. Sé que todos volveremos a caminar por calles y campos, con renovadas esperanzas y como ciudadanos libres en nuestra propia patria”.
Gonzalo Sánchez de Lozada Expresidente Constitucional de Bolivia (1993-1997, 2002-2003)