Cada palabra, cada anuncio o aparición del presidente izquierdista electo en Chile, Gabriel Boric, quien asumirá el cargo este 11 de marzo, pasará por el filtro de la periodista Javiera Olivares, militante del Partido Comunista y quien ingresará a la Secretaría de Comunicaciones (Secom) como subdirectora para “construir un relato político-comunicacional que le haga sentido a la ciudadanía, al pueblo”.
El anuncio lo hizo la futura ministra de la Secretaría General de Gobierno (Segegob), Camila Vallejo, quien también lidera la misma tolda. Según La Tercera, “se espera que Olivares tenga un mayor foco en la relación con el debate público y los medios”, dos áreas a las que ha destinado innumerables críticas por su rol, propiedad y sus límites.
Su entrada al tren es otro indicativo de la escueta fachada de moderación de Boric, quien durante la campaña dijo que en “un gobierno del Frente Amplio no se cerrarán ni presionará a ningún medio”. Se recuerda que durante la gestión de Olivares frente al Colegio de Periodista se expulsó del gremio de Agustín Edwards Eastman, presidente —en ese momento— del diario El Mercurio.
También durante su gestión en la entidad gremial, y en medio de la querella de la expresidente Michelle Bachelet contra la revista Qué Pasa, a propósito del reportaje asociado al Caso Caval, donde el hijo de la mandataria está involucrado, Olivares alegó que eran “informaciones que solamente revelan un interés en específico”.
Al reclutar a Olivares, Boric agrega a sus filas a quien estuvo como coordinadora de la comisión programática sobre derecho a la comunicación y medios del programa de gobierno del excandidato presidencial del Partido Comunista, Daniel Jadue. En ese rol, fue una activa defensora de la Ley Orgánica de Comunicación que este planteaba en sus bases programáticas y que establecía la creación de un consejo ciudadano que fiscalizara el cumplimiento de la norma.
Una visión crítica
La periodista del PC arriba al cargo con una visión crítica. Cree que hay una “falta de pluralismo por los conflictos de interés que se producen en un sistema de medios que está concentrado en manos privadas, que además poseen capitales en otros sectores productivos”.
Además asegura que “existen precarizaciones laborales brutales, despidos masivos, reducción de medios, falta de voz pública, persecución de medios comunitarios, y un acceso a las nuevas tecnologías que ya no son tan nuevas bastante restringido”.
Sin embargo, Chile destaca como uno de los países de América Latina con mejor imagen respecto del respeto a la libertad de expresión. De la mano de Naciones Unidas ha copatrocinado todas las resoluciones relativas a la protección de la labor periodística, forma parte del Grupo de Amigos sobre la Seguridad de los Periodistas, creado en 2016 por un grupos de Estados Miembros de las Naciones Unidas, y también forma parte de la Coalición por la Libertad de los Medios que forman 47 países comprometidos con desarrollar un rol activo, en el ámbito nacional e internacional, en la defensa del ejercicio de la prensa.
Por medidas como esta y otras Chile tiene calificaciones destacadas en distintos rankings internacionales. Hasta 2019 la organización Freedom House ubicó al país entre aquellos sin peligros para la libertad de prensa, con mejor puntaje que Argentina, España o Italia mientras que en 2020 el Índice Chapultepec, herramienta de medición de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), situaba a Chile en el primer puesto, destacando que en el país “no se registran cierre de medios, ni persecuciones de periodistas, ni control de contenidos. El Estado no limita el acceso de los ciudadanos a la información pública ni los derechos vinculados a la libertad de expresión y prensa”.
Del lado de las regulaciones
Aún con un panorama favorable para el desempeño del oficio y funcionamiento de los medios, la nueva integrante del equipo ejecutivo de Boric insiste en sostener un “diagnóstico crítico” para impulsar “un sistema de medios que ilustre más democracia, que permita más diversidad de voces en el debate público”.
En una entrevista —tiempo atrás— con Nodal Cultural, Olivares vociferó que “el escenario de los medios en Chile es antidemocrático” y en esa línea se mantiene hasta ahora, porque en su opinión “los medios de comunicación antes del gobierno de Salvador Allende, durante el gobierno de Salvador Allende, post golpe e incluso en los primeros años de la transición, eran medios mucho más diversos de lo que son ahora”.
Sus argumentos están cargados de ideología izquierdista. Dice que “quienes son los que están detrás de esos medios de comunicación fueron los “brazos armados” de Pinochet en la hegemonía discursiva. “Son ellos los que montaron aparatos comunicacionales, quienes construyeron mentiras. Son ellos los que hoy detentan la propiedad de los medios de comunicación, después de un proceso de concentración que se dio incluso durante la democracia.
Olivares le apuesta a la nueva Carta Magna que editará la Convención Constitucional. Desde su cuenta en Twitter compartió el ingreso ante la plenaria de una propuesta de norma constitucional sobre Derecho a la Comunicación de once artículos. Allí se establece que “el Estado garantiza el Derecho a la Comunicación y removerá los obstáculos que presentan los grupos o comunidades discriminados o en desventaja para estar representados y participar en la esfera pública y en el ecosistema de comunicación y medios”. Así pretende ampliar la participación ciudadana y territorial a los espacios mediáticos.
//FUENTE: PANAM POST//