Una tensa situación se vivió cuando la esposa de un conductor de microbús increpó a funcionarios de Movilidad Urbana que se encontraban retirando los nuevos tarifarios que habían sido instalados en los vehículos del servicio público, en un intento por frenar el incremento de pasajes. La mujer expresó su frustración y solicitó comprensión por parte de la población ante la difícil situación económica que enfrentan las familias de los choferes.
“Mi marido es chofer ni siquiera es dueño del micro, tiene que hacer largas filas para conseguir 10 bolivianos de diésel y agarra para trabajar un día”, señaló la esposa del conductor, visiblemente molesta. “Pónganse en el lugar de ellos, solo es un aumento. Todo sube y nadie controla, pero a los micros todos quieren controlar”, agregó.
La mujer, en su intervención, destacó las dificultades que enfrentan los conductores para continuar trabajando debido al aumento de costos, mientras que, según su perspectiva, otros sectores no enfrentan el mismo nivel de regulación.
“Los universitarios se mandan semejantes fiestas y borracheras y les duele pagar 50 centavos”, comentó en tono de crítica hacia la postura de los estudiantes, quienes se oponen al incremento de tarifas.
Además, arremetió contra la gestión del alcalde, acusándolo de inacción ante el problema del transporte. “El alcalde no ha hecho nada, se durmió en sus laureles. Nosotros también tenemos familias”, señaló, enfatizando que los choferes también enfrentan las mismas dificultades que los usuarios, ya que sus hijos también utilizan el servicio de transporte público.
Los funcionarios de Movilidad Urbana continuaron con los controles y el retiro de los tarifarios, mientras las protestas del sector del transporte por la subida de tarifas mantienen a la población dividida.
- ///FUENTE: LA VOZ DE TARIJA///