HORACIO POPPE
Goni sale a decir lo que todos sabemos que necesitamos: más libertad, más probidad en la administración pública, nueva institucionalidad republicana, menos poder a una persona, menos terrorismo impositivo y más respeto a las formas y normas de convivencia entre todos.
Pero como lo dice él, salta la multitud.
Qué curioso.
Lo que pocos recuerdan o prefieren cobardemente callar, es que gracias a él y a gobiernos corruptos como el suyo, se abonó el terreno para que la delincuencia sindicalizada, es decir, la narco izquierda, se haga del poder hasta nuestros días, para agarrarnos a palo (y quién sabe hasta cuándo).
Evo no habría existido sin tipos como Goni, que saquearon impunemente al país. Que se hiceron multimillonarios a costa de la explotación laboral y minera.
No todos somos amnésicos. No todos tenemos alma de pongos y aplaudimos.
Recordamos perfectamente que la falta de sensibilidad social de gobernantes como él sirvió al discurso de la izquierda disociadora en este país.
Ah, pero él, muy cómodo allá. Como toda la rosca de delincuentes de esa época.
Y lo que es peor, esto no sirve a la causa libertaria, sirve más a dirigentillos racistas de izquierda que reavivan el viejo fantasma del “neoliberalismo blancoide”, a cuya bolsa nos meten inexorablemente a todos.
Y a cuyo propósito sirven una infinidad de medios, intencional o ingenuamente.
Evo debe estar feliz con Goni, como en su momento estuvo feliz con el exembajador Rocha.
Urge una nueva derecha, ¡YA! Sin payasos.
HORACIO POPPE
Exdiputado por Chuquisaca
*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21