Estadounidenses divididos sobre decisión de Corte Suprema en acción afirmativa

Los estadounidenses están divididos sobre la decisión de la Corte Suprema de revocar décadas de precedentes que reafirmaban la acción afirmativa basada en la raza en las admisiones universitarias, que benefició a los estudiantes de grupos minoritarios raciales o étnicos que de otro modo estarían en desventaja.

“Desafortunadamente, la raza sigue siendo importante en nuestra sociedad y la acción afirmativa es esencial para garantizar que todos, no solo los aventajados, se beneficien de una educación que pueda servir como un camino hacia la movilidad ascendente”, dijo Michael Williams, miembro de la junta de Coalition for a Diverse Harvard (Coalición por un Harvard diverso), a la Voz de América.

La Universidad de Harvard, junto con la Universidad de Carolina del Norte, Chapel Hill, fueron demandadas por Students for Fair Admissions (Estudiantes por admisiones justas), una organización sin fines de lucro contra las clasificaciones raciales en las admisiones universitarias.

Al fallar a su favor, la Corte Suprema está perjudicando a todos los estadounidenses, dijo Williams.

“Muchos de nuestros solicitantes universitarios han sido sistemática y deliberadamente excluidos de aspectos de nuestra sociedad y discriminados por motivos de raza, y un proceso de admisión a la universidad equitativo debe reconocer estas desventajas”, dijo Williams.

Sin embargo, añadió, “esto afecta a todos porque los estudios muestran que las instituciones diversas son mejores instituciones. La acción afirmativa ayuda a preparar a todos nuestros estudiantes para la diversidad que encontrarán en el lugar de trabajo”.

Otros estadounidenses aplaudieron el fallo del tribunal superior.

“Se supone que Estados Unidos es una meritocracia, y la raza no debe jugar ningún papel en las decisiones universitarias o laborales”, dijo Angélica García, maestra en Saginaw, Michigan.

“Asumir que todas las personas negras y de color han vivido esta experiencia de clase baja o inferior y necesitan ayuda es racista”, continuó. “Como persona de color, trabajé duro para lo que obtuve y superé mucho, y odio que algunas personas piensen que solo me aceptaron en la universidad o en mi trabajo debido a mi raza”.

Nacido del movimiento de derechos civiles

Las admisiones relacionadas con la raza en las universidades estadounidenses nacieron del movimiento de derechos civiles de la década de 1960 y de las leyes que respaldan la acción afirmativa en el mercado laboral de EEUU.

Las universidades que adoptaron estas políticas fueron impugnadas ante la Corte Suprema, donde los magistrados dictaminaron que si bien los sistemas de cuotas eran una violación inconstitucional de la igualdad de protección, las universidades aún podían considerar la raza como un factor entre otros.

“Se implementó una acción afirmativa para abordar una vieja exclusión y segregación de los estudiantes negros y de color en la educación superior, y para reconocer las desigualdades persistentes que enfrentan los estudiantes de color tanto a nivel individual como sistémico”, dijo Edgar Saldivar, abogado principal de la Unión Americana de Libertades Civiles de Texas, a la VOA.

El impacto de eliminar de la decisión es claro para Connie Chung Joe, directora ejecutiva de Asian Americans Advancing Justice Southern California.

“Sin admisiones relativas a la raza, la segregación racial aumentará en los colegios y universidades de nuestra nación”, vaticinó. “Esto dañará desproporcionadamente a las comunidades negras, indígenas, latinas, isleñas del Pacífico, nativas de Hawái y asiáticas. A generaciones enteras de talentosos estudiantes de color se les negará el futuro que se merecen”.

La medida causaba injusticias, dicen los opositores

Quienes se oponen a las admisiones relativas a la raza dicen que es la política en sí misma la que ha hecho daño al pasar por alto a los excluidos de los tratamientos preferenciales.

“Tal vez la acción afirmativa era algo necesario hace muchos años, pero en la actualidad, era hora de revisarla”, dijo Jillian Dani, exmaestra de Merritt Island, Florida. “Entiendo el deseo de dar a las minorías más oportunidades, pero en el mundo de hoy, las minorías tienen las mismas oportunidades que el resto de nosotros”.

Dani explicó a la VOA que “existen universidades para mujeres y universidades para negros, pero no hay universidades exclusivamente para hombres blancos a pesar de que los blancos pobres son algo real. También están perdiendo oportunidades y la acción afirmativa no los estaba ayudando”.

Willow Hannington, empresaria de San Diego, de 20 años, cree que la decisión de anular la acción afirmativa es positiva para el país.

“Es un paso significativo hacia el fomento de una sociedad verdaderamente justa e igualitaria”, dijo a la VOA. “Esta nación ha logrado un progreso significativo y, en mi opinión, la raza ya no debería jugar un papel decisivo en ningún aspecto de nuestras vidas”.

Las universidades se comprometen con la diversidad

En una encuesta reciente de ABC News/Ipsos, la mayoría de los estadounidenses está a favor de este enfoque más “neutral en cuanto a la raza” o “daltónico”. Tras el fallo, muchas facultades y universidades emitieron declaraciones reafirmando su compromiso con la diversidad.

“Eliminar el uso de puntajes de exámenes estandarizados en las admisiones, aumentar el apoyo financiero garantizado, ampliar los esfuerzos de reclutamiento a las comunidades desatendidas y desarrollar líneas sólidas de escuelas intermedias y secundarias que beneficien a todos los estudiantes son solo algunas de las cosas que se pueden hacer”, dijo Saldivar a la VOA.

Craig Mindrum, de Chicago, tiene una estrategia para agregar. Con experiencia en el comité de admisiones de una escuela de posgrado, dijo que los estudiantes deben continuar hablando sobre cómo sus experiencias vividas y su raza han moldeado su carácter, su impulso y sus talentos.

“Ninguna legislación o decisión judicial me impedirá hacer algunas recomendaciones al considerar el estatus de minoría o desventaja”, dijo. “Los consejeros de admisiones son personas, no robots legislativos, y en todo el país van a tomar la decisión final sobre quién es aceptado en su universidad”.

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