SAYURI LOZA
El martes pasado, el presidente Arce transmitía un mensaje con motivo de la mitad de gestión al país y se refirió al mismo como “estable, con crecimiento sostenido y justicia social”, aunque aceptó la existencia de algunos problemas asegurando la pronta resolución de los mismos; por último, condenó a la pedofilia.
En Bolivia, a menudo nuestros políticos han mentido en sus mensajes y discursos y por ello estamos tan acostumbrados, que ya sólo nos reímos y hacemos memes, pero la falta de dólares, la subida de muchos productos de la canasta familiar y hasta cosas banales como que Floricienta y luego Axe Bahía suspendieran sus conciertos aquí, son síntomas de que algo no cuadra.
Yo soy lo que se dice una persona de a pie, literalmente… doy largas caminatas a diario por diferentes lugares de La Paz y El Alto, a veces en busca de leche batida, otras porque hay un buen arroz con leche por el Faro Murillo, etc., y me siento a comer o a comprar para llevar tanto en puestitos como en restaurantes y así escucho conversaciones allí y también en el minibús, que es el medio de transporte que uso por lo general.
Y claro, se habla de amor, de trabajo, de fiestas y prestes, de sindicatos, de enfermedades y siempre, siempre, de política. Algo que he venido oyendo últimamente me ha llamado la atención, todos repiten que hay crisis, no hay trabajo, la venta ha bajado, y una frase que me dejó fría “estábamos mejor con el Evo”; para muchos, el MAS ha gobernado desde 2006 con un hiato de meses durante el periodo de Añez, así que las políticas económicas implementadas son, en su mayoría, del MAS, pero hete aquí que otros muchos parecen ver un MAS de Evo y otro de Arce.
El quiebre del MAS, que inicialmente parecía favorecer al bloque “renovador”, hoy, debido a la inestabilidad económica, a los casos de corrupción, a los conflictos con sectores sociales y otros, favorece al ala “evista” que se ha constituido como una oposición interna no vista en muchos años en el gobierno del país (recuerda un poco al tiempo del primer gobierno de Siles, cuando el MNR le dio la espalda y le fustigó duramente por sus decisiones).
Pueden decir lo que quieran de Evo, pero es un animal político y ha capitalizado esta variable a su favor y es capaz de apuntar en las muchas carencias de Arce, que puede que en un momento sean tantas, que lo único que le quede sea su banda presidencial. Pero no juguemos a predecir el futuro, aquí y ahora, aunque a algunos les cause gracia, mucha gente está extrañando el tiempo de Evo, no tanto por Evo, sino porque se estaba mejor y como su gobierno se encargó de poner su foto los teleféricos, en los subsidios, en el Carmelo de los abuelos y literalmente hasta en la sopa, la asociación resulta natural.
Bien jugado, pero cuidado, porque igual que en la vida real, la añoranza del extóxico termina siempre en un retorno insípido y con terribles consecuencias, a menudo para el extóxico. Si Evo vuelve, ya no será en la bonanza del pasado y no tendrá a todos los movimientos sociales de su lado como alguna vez los tuvo, deberá lidiar con muchas más dificultades que antes. Y entonces ¿qué diremos los bolivianos? ¿Que estábamos mejor con Arce? Lo dudo ¿Con Añez? Imposible. Dirán quizás “¿qué vuelvan los milicos?” es posible, pero lo cierto es que las supuestas nuevas opciones: Santos Quispe, Eva Copa e incluso Iván Arias, que vencieron en elecciones al MAS, son más capaces de perfilarse para un show de comedia y chimento que para gobernar este país como una nueva generación política. ¿Les duele? A mí también.
SAYURI LOZA
Historiadora, Diseñadora de modas, políglota, artesana.
*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21