FABIÁN FREIRE

El grupo de Puebla es una agrupación de izquierda y progresista que busca “fortalecer a la izquierda” de manera global. Dicho grupo se reunió con “Luchito” recientemente y afirmó sus intenciones de reconciliarlo con Evo, de cara a las elecciones de 2025. Esta es la segunda vez que “externos” se meten en asuntos internos en nuestro país en tiempos recientes, la primera fue la tentativa del gobierno de Cuba, donde se realizó un “meeting” entre “Luchito” y Evo.

Es ridícula la forma en la que la izquierda en nuestro país afirma defender la soberanía y ser antimperialista. La izquierda es tradicionalmente una ideología antinacionalista, que busca siempre apoyo en actores externos, busca destruir “la identidad y unidad nacional” de un país.

Si nos remontamos en la historia de la humanidad, nos daremos cuenta cómo la izquierda siempre ha favorecido la división nacional y el debilitamiento del “sentido de patria”. Alemania perdió la Primera Guerra por culpa de movimientos izquierdistas que debilitaron al gobierno de ese momento, fue una “puñalada por la espalda”, una total traición a la patria. Este movimiento de la izquierda alemana terminó sellando el destino de ese país, llegando a establecerse el tratado de Versalles y el posterior ascenso al poder del movimiento nacional socialista.

Apenas convertirse en el primer país comunista, la Unión Soviética “instigó” a los trabajadores de todo el mundo a “traicionar” a sus países para formar un gobierno del proletariado. Een todo su tiempo de vida, la URSS financió revoluciones comunistas a lo largo del mundo, muchas triunfaron, otras no. En nuestra región, buscó imponer el modelo socialista a través de los partidos de izquierda, los que fueron fuertemente financiados.

En el caso de Bolivia, la intromisión de la izquierda comenzó con la invasión del “Che”, quien vino a destruir nuestra nación. El “Che” fracasó rotundamente, por tres motivos: Bolivia ya había experimentado una revolución en 1952, el campesinado nacional era partidario de René Barrientos, gracias al pacto militar-campesino y los bolivianos jamás permitiremos el triunfo del comunismo en detrimento de la nación.

Fue tan fuerte la debacle del “Che”, que hasta el partido comunista boliviano lo dejó a su suerte, nadie fue a rescatarlo, muchos dicen que hasta Fidel Castro lo “vendió” a la inteligencia norteamericana. Lo importante es que fue un primer paso para nuestro país venciendo las intromisiones de la izquierda.

La segunda intromisión se hizo en el gobierno del general Juan José Torres, personaje que buscaba instaurar “soviets” en Bolivia, copiando a la URSS. El soviet de ese momento se llamó la “Asamblea Popular” que, de haber adquirido más poder, se hubiera encargado de realizar una matanza sin precedentes, tal como se hizo en la revolución rusa. En otro gran triunfo para Bolivia, Torres y sus partidarios financiados por la Unión Soviética fueron derrotados, salvándose la nación boliviana.

Las últimas intromisiones de la izquierda se reflejan en el MAS, partido que nunca tuvo libertad de acción política, siempre respondió a intereses cubanos y venezolanos, países que en lo económico son lo opuesto a prosperidad y crecimiento. Cuba hace años que vive en la extrema pobreza y el caos, Venezuela es sinónimo de inflación y migraciones masivas y en Bolivia se avecina una profunda crisis, toda por culpa de políticas socialistas.

El grupo de Puebla es otro intento de intromisión en asuntos que son meramente internos, qué tienen que hacer estos personajes decidiendo sobre el futuro del MAS, ¿éste no era un partido antiimperialista, que buscaba la “soberanía de los pueblos”?
Urge que en Bolivia dejen de definir otros países nuestro futuro político, el cual gracias al MAS ha sido decidido por mucho tiempo por Cuba y Venezuela, mostrando que el antimperialismo no es más que una vulgar falacia. “Bolivia sobre todas las cosas”.

FABIÁN FREIRE
Escritor. Estudiante de Ciencias Jurídicas. Columnista en El Diario.
*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21