LUIS ANTEZANA
En la actual etapa política que vive el país, hay diversas opiniones en torno a la cuestión del Estado, en especial en lo que se refiere a su origen.
El tolderío gobernante tiene la certeza absoluta de que el Estado existe por encima de todas las cosas y nace de la voluntad de los individuos, opinión que está expresada en su ideología, que sostiene que la realidad nacional no existe, solo el Estado, además plurinacional.
Es muy novedosa dicha interpretación, pues revela que esa fuerza partidaria política cree que el Estado se origina en los deseos y voluntad de los individuos o, más propiamente, que nace de las buenas intenciones de algunos privilegiados o se genera en la mente de los políticos. En realidad, esta definición es idealista, subjetiva, producto de la voluntad del caudillo o sus seguidores.
Una segunda opinión acerca del origen del Estado se encuentra en algunos partidos oficialistas y de oposición que afirman que el Estado es producto divino, que un dios crea el Estado para que la sociedad funcione en orden, paz y trabajo. Esta segunda posibilidad sobre el origen del Estado, sería la de un idealismo por lo menos algo más objetivo, un dios que existiría, que tendría algo de material, que con mano divina creó el aparato del Estado y que funciona de acuerdo con sus deseos.
Existe una tercera teoría sobre el origen del Estado. Ésta consiste en que la sociedad humana en su proceso de desarrollo histórico ha creado el Estado, que éste es fruto de la evolución de la sociedad en su paso desde la barbarie y etapas diversas de progreso, hasta llegar al presente, es decir que su origen es material. El Estado tendría características específicas concretas. Esta última hipótesis acerca del origen del Estado es de naturaleza objetiva, o sea que la sociedad humana en su progreso constante crea el Estado.
En esa forma, primero, se puede observar que algunos políticos creen que la nación, base material, es la que determina la aparición y la existencia del Estado. Enseguida, la segunda definición, señala que el Estado es obra de un organismo que tiene cierta forma material, producto de ese organismo supremo. Finalmente, la tercera tesis sostenida por el partido en el poder, presidido por Evo Morales, afirma que el Estado proviene de la idea del hombre y no de la realidad social, ni siquiera de un dios, concepción que domina actualmente y ha sido impuesta a la sociedad boliviana.
En esa forma, en lo que se refiere al tercer caso, el Estado no es solo un proyecto idealista sino una teoría que está en plena práctica, y desde hace casi veinte años es resultado de una Asamblea Constituyente y en aplicación por la Constitución, leyes, decretos. Es decir que nos gobierna una idea subjetiva acerca del Estado y no una teoría que nace de la realidad.
Pero, en todo caso, se podría decir que esta novísima y original idea sobre el origen del Estado constituye un “aporte” a la historia del pensamiento acerca de este asunto. En efecto, es el más novedoso que jamás existió, ha superado las teorías más ambiciosas desde Aristóteles y Marx, no tiene comparación alguna y, ante todo, está en aplicación por primera vez en la historia contemporánea. A la vez, tan notable fórmula no solo es una idea descabellada, sino que está sometida al fuego de la práctica, que decidirá si tiene o no éxito.
LUIS ANTEZANA ERGUETA Escritor e Historiador *NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21