El estado de la democracia a seis años del 21F

MÓNICA OLMOS CAMPOS

Son varias las lecturas que se pueden tener del 21F y por qué pasó lo que pasó en esta importante fecha. Unos opinarán que aquel referéndum forzado por el MAS se perdió porque algún estratega político tuvo la genialidad de presentarnos –justo unos días antes de la consulta nacional– una historia de sábanas que involucraba al mismísimo Presidente de Bolivia. Evo Morales, el Vicepresidente, los Ministros, Senadores, Diputados y asesores –en modo “coro general”– trastabillaron, se enredaron, olvidaron la letra, sufrieron pánico escénico, inventaron líneas y las desmintieron casi al mismo tiempo protagonizando el más morboso show que haya presenciado el pueblo hasta entonces. Otros dirán que el 21F fue una expresión genuina del hartazgo que la mayoría de los bolivianos sentía ante un grosero intento de abuso político por parte del MAS, que buscaba eternizarse en el poder.

Lo que ocurrió ese día, sin embargo, no sería tan importante como su efecto a mediano plazo. Hoy se cumplen seis años de aquello y es necesario puntualizar algunos hitos que son consecuencia de este hecho.

Lo que hay que observar de este tema:

1. Los cálculos políticos y electorales le fallan al MAS.

El Movimiento Al Socialismo jamás imaginó la posibilidad de perder aquel referéndum. La primera reacción ante las cifras estuvo a cargo del Vicepresidente, que atinó a calificar los resultados de la jornada electoral de “empate técnico”, como queriendo dejar la posibilidad de que el marcador final les sería favorable: “es altamente probable que esas cifras se modifiquen de una forma drástica, nadie ha ganado ni ha perdido”, dijo el exvicepresidente en ese momento. El Tribunal Supremo Electoral, bajo el liderazgo de Katia Uriona, “desmintió” el empate técnico y se remitió a la verdad de los hechos: los bolivianos habían decidido que Evo, Álvaro ni nadie podía ir a una cuarta elección, ni ser elegido de forma indefinida.

2. Evo desconoce el voto del pueblo.

Meses más tarde y aún golpeado por la decisión del pueblo, Evo y sus asesores jurídicos malinterpretan un artículo del Pacto de San José utilizándolo para decir que la “reelección es un derecho humano”, muy a pesar de que Evo, en varias oportunidades, había manifestado de manera publica su respeto a la democracia y adelantó que si perdían el referéndum, de calladitos se irían.

3. Los derechos políticos por encima de la Constitución Política del Estado.

El MAS presenta un recurso abstracto de inconstitucionalidad contra los límites a los mandatos consecutivos, y el Órgano Judicial, a través del Tribunal Constitucional Plurinacional y dando un duro golpe a la CPE y a la democracia, emite un polémico fallo que permite que Evo y Álvaro accedan a una reelección, la cuarta.

4. Se empoderó el pueblo, surgen las agrupaciones y plataformas ciudadanas.

A partir de estos hechos enemistados con la democracia y la Constitución Política del Estado, se conforman en todo el país, decenas de organizaciones civiles organizadas en lo que se llamarían agrupaciones y/o plataformas ciudadanas. De manera recurrente y masiva, pero lamentablemente sin una estrategia política a largo plazo, estas organizaciones emiten voces de protesta. El movimiento ciudadano nunca más se aplacaría, adquiriendo protagonismo máximo en octubre, noviembre y diciembre de 2019.

5. El candidato Carlos Mesa.

Una vez “habilitado” Evo a una cuarta reelección, Carlos Mesa decide inmediatamente participar en dichas elecciones; es decir, Mesa reconoce implícitamente que Morales puede candidatear también y avala el proceso con su decisión. Pero no solo comete ese error, sino que decide cooptar a más de 60 agrupaciones o plataformas ciudadanas y las convence de apoyar unas elecciones nacionales con un Evo como candidato ilegítimo, pero “legal”. La gente creyó que ir a las urnas era la única vía posible, aún con un candidato forzado que gritaba a los cuatro vientos que su participación era un derecho humano.

6. Volvieron a fallar los cálculos políticos y electorales.

Bolivia seguía de cerca los resultados de las elecciones de aquel fatídico 2019 y observaba que el virtual ganador no sería Evo, sino Carlos Mesa. De pronto hubo un apagón, se paralizó la transmisión del conteo y una sucesión de irregularidades acabaron por modificar la tendencia ganadora que apuntaba a Mesa como virtual Presidente de Bolivia. El Tribunal Electoral intentaría decirnos que Evo era el ganador de dichas elecciones, alargando más de la cuenta el conteo. El pueblo, en su inmensa mayoría, no lo acepta y se vuelca a las calles; se produce una auténtica revolución que Morales intenta minimizar desde la testera del sarcasmo: “Los Pititas” son paridos al calor del empute por el engaño y la burla.

7. Se descubre que el MAS había amañado el proceso.

Al menos existen cinco informes, entre nacionales e internacionales, que demuestran que el MAS intentó hacerse de las elecciones de manera irregular. El informe parcial de la OEA, si bien no es el primero, constituye el pronunciamiento definitivo para que Evo aplicara el plan B. ¿Qué sintetiza aquel informe? Hubo “manipulación y parcialidad” en los comicios del 20 de octubre de 2019. ¿Cuál era el plan B? Victimizarse, abandonar el país, dejarlo a cargo de los militares de “confianza”, y volver como héroe para reconducirlo por los caminos de la democracia.

8. Se interna en el Chapare desde donde intenta un fallido plan B.

Evo y varias decenas de sus colaboradores renuncian y abandonan el país, no sin antes dejar un caos en las calles advirtiendo con matar de hambre a las ciudades y con guerra civil. Maletines, mochilas y bolsas de dinero que se distribuían a los violentos agitadores que amenazaban al grito de “ahora sí, guerra civil”, fueron filmadas desde las ventanas de vecinos; incluso más de un guerrillero buscado internacionalmente, fue protagonista de disturbios que acabaron con la muerte de dos personas.

9. Jeanine Añez es la Presidenta; el MAS ostenta el poder.

Renuncian todos, Presidente, Vicepresidente, Presidente de Senadores y Presidente de Diputados. Añez asume la Presidencia con el aval del ala masista que decide quedarse en el país y de toda la institucionalidad que poco a poco va retomando la calma después de unas semanas de enfrentamientos, amenazas, incendios y otros desmanes. Los militares de confianza nunca asumieron: ¿traicionaron? ¿A quién? Evo Morales no fue llamado por nadie.

10. Un gobierno transitorio mezquino, prepotente y tonto.

Entre la postulación de Añez, sus miedos y la pandemia, el gobierno transitorio resultó ser una total decepción para los bolivianos que, sin Evo en el escenario, al fin veían una luz de esperanza. La Presidenta se convierte en una especie de heroína nacional hasta el mismo día en que decide anunciar su postulación a las elecciones a las que ella misma debía convocar. La prepotencia de su Ministro de Gobierno, las frecuentes renuncias de varios miembros de su gabinete, el negociado de los respiradores y otros, más su falta de valor para hacer lo que correspondía hacer por la democracia del país, terminaron por anularla políticamente y junto con ella a todo el resto.

11. Se convoca a elecciones de manera tardía y gana el MAS.

Con el mismo Padrón Electoral y con el mismo sistema electoral, Luis Arce, candidato puesto por el propio Evo, es elegido Presidente. Gobierna a la sombra de la figura poderosa de Evo quien vuelve al país en masiva caravana.

12. Todo es culpa de Añez.

El primer año de Arce destaca por constituirse en un régimen basado en la venganza política y donde todos los males son achacados al gobierno “golpista” de Añez. El MAS no reconoce que en Bolivia hubo una crisis política y social; que en Bolivia hubo pandemia como en el resto del mundo. Todo es ajeno, finalmente, la culpa de todo la tiene Jeanine Añez.

13. El primer año de Arce.

La cooptación del Órgano Judicial, la corrupción, los ítems fantasmas en varias instituciones del Estado, los cargos en comisión hace décadas, los jugosos sueldos pagados a extranjeros, el narcotráfico y el destape de las corporaciones del terror conformadas por algunos avezados delincuentes del Derecho caracterizan la gestión del Presidente, lamentablemente. No se avanza en lo importante.

14. La oposición no es oposición.

La oposición política no está, ni demuestra estar a la altura de las circunstancias. Demasiados tibios, líderes de Tweeter y tránsfugas no terminan por consolidar una verdadera oposición formal, con una propuesta alternativa de país.

15. Se mira la realidad con un ojo.

Las opiniones públicas están fuertemente dividas; pocos medios hurgan en la verdad, la mayoría se dedica a la farándula; las redes sociales tampoco parecen tener tiempo suficiente para defender la verdad de los hechos en las calles, todos se recuperan de los desastres que provocó la Covid-19 y de las señales claras de amedrentamiento que se dan desde arriba. Los liderazgos locales se mantienen cautos ante detenciones, juicios y amenazas a líderes políticos y cívicos de Santa Cruz, La Paz, Cochabamba, Beni y Potosí impulsados por el MAS a través del mismísimo Ministerio de Justicia y otros operadores políticos. Los seis meses (con alargue las veces que sea necesario) de detención preventiva para presos políticos se ha convertido en la nueva normalidad de la “justicia”, mientras (otros) jueces corruptos dan libertad a estafadoras de cabellera plateada, feminicidas seriales, violadores de niños y asesinos de líderes políticos.

16. Evo Morales sufre de amnesia.

Una vez que ha cae en desgracia y es detenido mientras intenta dejar el país de manera subrepticia por una alejada frontera, Evo Morales dice no conocer a su exjefe antidrogas Maximiliano Dávila acusado por Estados Unidos de narcotráfico y por quien ofrece cinco millones de dólares a cambio de información sobre delitos/vínculos con el tráfico de sustancias controladas, mientras que en Bolivia será juzgado solo por enriquecimiento ilícito.

Dávila, a diferencia de Añez, sí es atendido en una clínica cuando se reporta enfermo, pero a la expresidenta se le niega atención médica especializada porque para el MAS y, sobre todo para Evo Morales, la expresidenta es quien sustenta la novela fantástica del supuesto golpe. Sin la existencia de Añez, el fraude tomaría su lugar, el que corresponde.

17. Evo y más Evo.

Para los medios de comunicación tradicionales, Evo Morales es noticia todos los días.

18. Volviendo al origen de todo.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos establece que la reelección presidencial indefinida no es un derecho humano.

Juzgue usted cómo está nuestra democracia a seis años del 21F cuando la mayoría de los bolivianos le dijo NO al abuso de poder.

MÓNICA PATRICIA OLMOS CAMPOS

Comunicadora Social y Doctora en Ciencias de la Educación

*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de Visor21.