El ejercicio degenerado del poder

La degeneración es la pérdida progresiva de la normalidad psíquica y moral de una persona, cuando creíamos haber sobrevivido a una pandemia, nos hundimos en otra, la salud mental de quienes ejercen el poder en nuestro país.

La principal amenaza a nuestra sociedad, viene de los principales dirigentes del partido único de Bolivia, y es que su comportamiento afecta nuestras vidas, produce ansiedad en la población, afecta la conducta social colectiva, sus aspiraciones, trabajo, futuro, educación e inviabiliza a las futuras generaciones que quieren hacer una patria distinta.

Aprendí que un líder autentico y creíble, debe reunir algunos requisitos que son imprescindibles para que la sociedad lo considere como tal, entre ellos la prudencia, la humildad, el trato justo a las personas y a las regiones, el equilibrio emocional, la pasión por hacer la cosas bien y lograr que el pueblo viva feliz y tranquilo.

Ninguno de estos atributos personales ni colectivos, los tenemos ni en el proyecto político del MAS, ni en sus lideratos.

El fanatismo, las acusaciones y contraacusaciones se imponen a lo racional.

Para quienes nos hemos formado en una racionalidad en la que algunos delitos de los que se acusan las facciones masistas nos asquean y pedimos que caiga todo el peso de la ley, da la impresión que para la base dura e irracional, esas acusaciones no pesan ni tienen efecto porque como decía el gaucho Martín Fierro: “Muchas cosas pierde el hombre, que a veces la vuelve a hallar, pero les debo enseñar, y es bueno que lo recuerden, si la vergüenza se pierde, jamás se vuelve a encontrar”.

Y es que el ejercicio absoluto del poder, sin contrapoder, sin una oposición seria que tenga un proyecto de poder alternativo, con una base social compuesta por productores cocaleros, narcotraficantes, mafias internacionales, contrabandistas, narcoguerrillas, depredadores mineros, avasalladores de tierras y toda una base social que hace de Bolivia un estado fallido, con una policía desacreditada y corrupta y un ejército que está al servicio del gobierno y se han convertido en guardianes de un proyecto político y no de la Constitución ni del Estado de Derecho.

En 20 años han diseñado un país que solo le sirve a la mafia que nos gobierna en cualquiera de sus versiones.

Las protestas sociales tienen que ver con reivindicaciones sociales, con mejorar las condiciones de vida de quienes no tienen acceso al poder, la protesta social es un elemento esencial para la existencia y consolidación de sociedades democráticas y se encuentra protegida por una constelación de derechos y libertades que el sistema interamericano garantizada tanto en la Declaración Americana de los Derechos y Obligaciones del Hombre como en distintas convenciones y tratados internacionales

Lo que pasa en Bolivia, no es una protesta social es irracional, delincuencial, tienen paralizado el país defendiendo a un delincuente, cuyos delitos son de conocimiento público, que los mantuvo en secreto mientras estaba en el ejercicio de la presidencia, que su entorno intimo lo conoce, que está buscando impunidad judicial sin importarle el país, la gente, los productores, la difícil situación económica creada por él y Arce.

Solo una sociedad movilizada, unida en torno a principios, no a candidatos, los puede derrotar y recuperar la decencia, la dignidad nacional, el ejercicio de la ética en la vida pública.

¡Volveremos y venceremos!

  • GUIDO ÁÑEZ MOSCOSO
  • EXDIPUTADO NACIONAL, EXMINISTRO DE ESTADO. ASILADO POLÍTICO.
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