El 30 de enero, 100 monumentos se iluminaran en todo el mundo

RODOLFO FAGGIONI

El 30 de enero de este año, con motivo del Día Mundial de las Enfermedades Tropicales Desatendidas (ETS), más de cien monumentos se iluminarán de morado y nararanja en todo el mundo para apoyar la lucha a esta enfermedad.

En la ciudad italiana de Turín su símbolo la Mole Antonelliana se iluminará, junto al Campanario de Perth en Australia, la Torre de Tokyo en Japón, la Torre Inclinada de Pisa, las Cataratas del Niagará, el Cristo Redentor de Rio de Janeiro y muchos otros monumentos símbolos, lo harán para apoyar y testimoniar el compromiso de la comunidad científica y poner fin a estas enfermedades que causan grandes sufrimientos, especialmente en los países en desarrollo.

El objetivo de esta iniciativa es, obviamente, llamar la atención sobre el impacto de estas enfermedades (Neglected Tropical Diseases NTDs), en un contexto no endémico. Promover, difundir y fortalecer las políticas de salud que tengan en cuenta las enfermedades tropicales desatendidas es parte del esfuerzo continuo para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En el marco de la última Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP28) en un esfuerzo histórico para combatir este mal y tratar de mejorar la vida de 1.600 millones de personas en todo el mundo los países patner se comprometieron a destinar 777 millones de  $ (dólares) a la investigación y a la innovación, fortaleciendo así los sitemas de salud y el personal de primera línea como médicos y enfermeros.

Las enfermeddes tropicales desatendidas son sostenidas por una amplia variedad de patógenos, incluidos virus, bacterias parásitos y hongos. Afectan a más de mil millones de personas en todo el mundo. Su propagación representa un problema adicional para los países más desafortunados de nuestro planeta, donde las condiciones sanitarias son deficientes.

Estas enfermedades, como el dengue, la lepra, la filiarasis, o la de changas, se definen como desatendidas en cuanto poco consideradas en la agenda de la salud mundial. La investigación destinada a estudiarlos está mal financiada porque los END afectan a poblaciones que a su vez están desatendidas y no constituyen una fuente de ingresos para la industria farmaceútica.

Estas efermedades están asociadas a estigmas y exclusiones sociales, que a menudo conducen al establecimeinto de un círculo vicioso que se traduce en bajos niveles de educación, oportunidades profesionales limitadas y la perpetuación del ciclo de la pobreza.

RODOLFO FAGGIONI
Periodista y Corresponsal en Italia. Miembro efectivo de Prensa Internacional
*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21