Se trata de nuevas demandas territoriales en el Ártico, el Atlántico y el Caribe, lo que abre un nuevo frente de conflicto con sus vecinos marítimos.
El pasado 22 de diciembre Washington anunció que reclama derechos sobre territorio en el espacio marítimo de la región ártica, atlántica y caribeña, según el documento oficial publicado por el Departamento de Estado.
El Departamento de Estado norteamericano publicó el 19 de diciembre (tres dias antes) las coordenadas geográficas que determinan los límites exteriores de las plataformas continentales de EEUU en siete áreas, más allá de los 370,4 kilómetros de la costa, conocida como plataforma continental extendida (ECS).
El ECS en cuestión cubre aproximadamente un millón de kilómetros cuadrados (dos veces la superficie de España) y está ubicado predominantemente en el Ártico y el mar de Bering.
Para entender el anuncio del Departamento Estado USA no debemos confundir la ECS o Plataforma Continental Ampliada con la Zona Económica Exclusiva (ZEE). La ZEE es el espacio del océano que se extiende unos 370,4 kilómetros más allá de su mar territorial y dentro de la cual cada país tiene plena jurisdicción sobre sus recursos.
La ECS incluye solo el lecho marino y el subsuelo del área submarina, mientras que la ZEE también incluye la columna de agua. Según las leyes internacionales, cada país tiene derechos económicos sobre los recursos naturales en y bajo el lecho marino según los límites de sus plataformas continentales.
Según el Departamento de Estado de Estados Unidos “se trata de geografía, no de recursos”. Según su comunicado, el país tiene “un interés inherente en conocer y declarar a otros la extensión de su plataforma continental extendida y, por lo tanto, dónde tiene derecho a ejercer sus derechos soberanos”.
Las razones serían de cultura geográfica y no por recursos, aunque la plataforma continental de Estados Unidos alberga 50 minerales duros, incluyendo litio y telurio, y 16 elementos de tierras raras, según James Kraska, presidente y profesor de Derecho Marítimo Internacional en el Colegio Naval de Guerra de Estados Unidos. La extensión “destaca los intereses estratégicos estadounidenses en asegurar estos minerales duros en su lecho marino y subsuelo, a veces a cientos de millas de la costa”.
Estudios geológicos realizados por el Gobierno norteamericano estiman que el territorio podría albergar hasta el 13% de las reservas mundiales de petróleo y hasta el 30% de las de gas.
La Encuesta Geológica de Estados Unidos, en 2008, estimó que alrededor de 90 mil millones de barriles de petróleo no descubierto y 1,670 billones de pies cúbicos de gas se encuentran dentro del Círculo Ártico, junto con metales críticos necesarios para la electrificación. Sin embargo, la mayor parte de esa estimación se basa en estudios terrestres y el potencial en alta mar está en gran parte sin explorar.
Más de la mitad de la plataforma continental extendida de Estados Unidos, 520.400 kilómetros cuadrados, se extiende en una gran cuña al norte de Alaska hacia el océano Ártico, incluyendo un área que se superpone con las reclamaciones canadienses sobre el lecho marino. Otra área de 176.300 kilómetros cuadrados se encuentra en el mar de Bering, entre Alaska y Rusia, pero está en el lado estadounidense de la frontera marítima entre los dos países.
La Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982, que Estados Unidos nunca ratificó, rige las zonas marítimas alrededor de los países. Según la ley, los países tienen derechos sobre cualquier recurso en el mar o el lecho marino dentro de sus llamadas zonas económicas exclusivas, que pueden extenderse hasta 200 millas náuticas de la costa.
Pero más allá de eso, pueden reclamar derechos económicos sobre los recursos en o debajo del lecho marino donde se extienda su plataforma continental, aunque no dentro de la columna de agua. Rusia, Dinamarca y Canadá han esperado años para que sus reclamaciones superpuestas sobre el lecho marino en el Ártico sean revisadas por la Comisión de los Límites de la Plataforma Continental, un grupo respaldado por la ONU, siendo Rusia el primero en recibir un fallo este año.
Las nuevas reivindicaciones territoriales pueden provocar fricciones con sus países vecinos del Atlántico Norte, ya que coinciden con las de Canadá y Japón. Estas reclamaciones estadounidenses deben ser analizadas por un comité especializado de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Pero EEUU nunca ratificó la convención, por eso no está claro qué órgano internacional podrá evaluar las pretensiones territoriales de Washington.
Comentaristas militares rusos se refirieron a la creciente expansión de Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en la región ártica. El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia, el general Valéri Gerasimov, afirmó “que Occidente está aumentando su presencia militar en el Alto Norte y desarrollando infraestructura militar allí”
Por su parte, Rusia ha desplegado sus tropas en la región no para demostrar fuerza, sino para garantizar la seguridad del desarrollo económico, incluida la navegación en aguas de la Ruta del mar del Norte y la ejecución de proyectos en el ámbito de la exploración y producción de recursos naturales, según este general.
- ///FUENTE; AGENCIAS///