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Funcionarios de emergencias de Estados Unidos continúan con las labores de recuperación de los seis trabajadores, todos hispanos, que cayeron al agua tras el choque de un carguero contra el puente Francis Scott Key, el más grande del estado de Baltimore, en la madrugada de este martes. Se presume que ya habrían muerto debido a las bajas temperaturas del agua.
“Las operaciones han pasado de ser una operación de búsqueda y rescate a una operación de recuperación”, señaló la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, durante una conferencia de prensa.
La secretaria de prensa estuvo acompañada por el secretario de Transporte, Pete Buttigieg, y por el vicealmirante de la Guardia Costera de EEUU Peter Gautier, que ofrecieron una actualización sobre el incidente.
Una actuación rápida
El funcionario encargado de transportes aseguró que la rapidez con la que actuaron los socorristas y otros miembros del equipo de rescate “marcó una enorme diferencia” ya que, de lo contrario, el número de víctimas mortales podría haber sido mucho mayor.
“Pero, trágicamente, seis personas perdieron la vida y una séptima resultó gravemente herida. Eran empleados que salían a trabajar en el turno de la noche, reparando la superficie de la carretera mientras la mayoría de nosotros dormíamos”, lamentó Buttigieg sin confirmar la nacionalidad de los fallecidos, aunque otras fuentes han dicho que eran migrantes procedentes de México, Honduras y Guatemala.
La prioridad ahora es tratar de volver a la normalidad lo antes posible, por lo que insistió en que la administración facilitará todos los fondos necesarios para reabrir y reconstruir el puente en el menor tiempo, tal y como avanzó ayer el presidente Joe Biden.
“Toda esta administración brindará apoyo en todos los aspectos del proceso de recuperación y reconstrucción (del puerto), y eso se reduce a cuatro áreas principales: reabrir el puerto, abordar las implicaciones de la cadena de suministro hasta que el puerto vuelva a abrir, reconstruir el puente y abordar las implicaciones de transporte de superficie hasta que se reconstruya el puente”, comentó sin llegar a dar un cronograma claro sobre el tiempo que se requerirá para volver a la normalidad ni del costo que eso supondrá para el gobierno federal.
“Cada uno de ellos es una línea distinta de esfuerzo y ya estamos dando pasos hacia cada objetivo”, recalcó.
Preocupación por el impacto económico
Buttigieg confirmó que la Guardia Costera, en coordinación con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EEUU, “liderará la limpieza del canal y la reapertura para que el puerto vuelva a pleno funcionamiento”.
Pese a las intenciones del gobierno federal para agilizar los procesos, lo cierto es que el puerto ha suspendido todas las operaciones hasta nuevo aviso y eso puede acabar suponer un serio impacto económico tanto para el estado de Baltimore como para el resto del país.
“Nos preocupa el impacto económico local, con unos 8.000 puestos de trabajo directamente asociados a las actividades portuarias. Y nos preocupan las implicaciones que se extenderán más allá de la región inmediata debido al papel del puerto en nuestras cadenas de suministro”, avanzó Buttigieg, consciente de que “este es un puerto importante tanto para las importaciones como las exportaciones”.
Ante este escenario, recalcó que ya se están buscando soluciones para “mitigar” los efectos negativos por la catástrofe en el puerto de Baltimore.
“Estamos trabajando para mitigar algunos de esos impactos, incluido el uso de herramientas que no existían hace apenas unos años, y el paquete de infraestructura del presidente Biden incluyó el establecimiento de una nueva oficina de transporte dentro de nuestro departamento para ayudar a coordinar el transporte de mercancías”, indicó Buttigieg.