OSCAR ARCE
Veo a muchos analistas hablar sobre el crecimiento del PIB y obviamente el incremento del PGN, donde por un lado, los analistas de izquierda premian los supuestos logros del gobierno de Arce Catacora y por otro lado los analistas keynesianos, de línea social demócrata, que solo ven el tema de la cantidad de dinero que agarraron los otros y que hubiesen deseado agarrar ellos.
Ellos siempre llegan a la conclusión de que en la época de bonanza se podía haber usado ese dinero en lo que ellos creen es un destino más filantrópico y con un espíritu de bondad más elevado para ese caudal de ingresos generados por el IDH o que la seguridad alimentaria se basa en la restricción de los grandes caudales, pero algo que tienen todos en común es la visión de izquierda tirando a autoritaria como por ejemplo la distribución de las riquezas, la gratuidad de la salud, de la educación o del agua y muchas otras instancias también.
Frente a este panorama es pues necesario mostrar el punto de vista liberal, siempre desde la óptica racional y lógica, sin usar sentimientos nobles para hacer un análisis de la economía de nuestro país. Para poder determinar ello tenemos que mostrar el contexto (que es lo que les falta a muchos economistas de izquierda y centro) de lo que sucede en nuestro país, entre ese contexto se puede citar aspectos muy importantes que deben ser tomados en cuenta por su importancia.
1) El índice de libertad económica. Este punto es muy importante porque nos indica la forma en que los países desarrollados nos ven para poder hacer inversiones, desconocer este indicador es cerrarse al mundo y en este indicador estamos en un score muy bajo. El índice mide la libertad económica desde 12 pilares fundamentales para libertad de comercio basados en el principio básico de la libertad del individuo, la generación de riqueza, la defensa de la propiedad privada, el estado de derecho y de esta manera tomando esos aspectos el poder generar beneficios a los que lo rodean.
2) El PIB frente al resto del mundo. Se elogia mucho el posible aumento del PIB en 4,8%, cifra creo yo, dista mucho de la realidad ya que la mayor parte del PIB está compuesto por gasto público que no genera riqueza y mucha de la formación bruta de capital que es financiada con deuda local y externa. Pero algo que no perciben muchos es que la capacidad productiva de Bolivia, que, si se abre a un sistema de inversiones libres sin tanta regulación tendría un potencial muy alto, sin embargo parece que estamos felices con un PIB de 40.000 millones de dólares, un estándar muy bajo en verdad si comparamos con PIBs de países mucho más pequeños y sin tanta cantidad de recursos o que tienen menos densidad de población que nuestro país lo que pareciera que no tienen mercados atractivos, pero, esos países tienen PIB muy alto gracias a su libertad de mercado.
3) Generación de valor agregado y mucha importación, es sorprendente como muestra el IBCE y en medios de información locales que indican que hay un superávit, cuando en realidad en nuestra economía importamos por lo menos el 89% de los bienes de capital que se consumen en el país, así como una cantidad muy alta de servicios que importamos es decir, indirectamente por el uso de estos servicios que no son nacionales generamos transferencias directas a otros países por el uso de estos (importación de servicios) y con las exportaciones de minerales, el gas y los productos agrícolas de Santa Cruz que son los más fuertes es prácticamente imposible que haya un superávit, y muchos de los productos que exportamos carecen de valor agregado, los pocos que si contienen valor agregado tienen un aporte al PIB muy insignificante.
4) La paridad de poder adquisitivo (PPP por sus siglas en inglés). Que permite comparar el comportamiento de los precios en distintos países según el valor de sus monedas, en otras palabras mide cuanto nos duele en el bolsillo comprar un artículo en nuestro país y cuanto les duele en otro país comprar el mismo artículo, lamentablemente cabe decir que en nuestro país nos cuesta mucho en el bolsillo adquirir algunos artículos que en los países desarrollados pasa a ser un mero gasto no muy fuerte.
5) Pobreza real. Si bien los datos dicen que la pobreza extrema en Bolivia se redujo a 11,1% en 2021, mientras que en 2020 este indicador se situó en 13,7%. La forma en cómo se mide este indicador toma en cuenta por ejemplo el acceso a servicios básicos o la compra de una canasta familiar o el acceso a la información, uso de internet y otros, por lo cual se aborda el tema desde un punto de vista muy subjetivo, no se toma en cuenta por ejemplo, el nivel de ingresos y junto a este la calidad de trabajo, si es cualificado o si es un trabajo dependiente, para el mal llamado trabajo informal, al que los liberales llamamos trabajo cuidadoso, no se toma en cuenta la inversión de capital y tenemos a un 60% de emprendedores con capitales menores a 1000 Dólares solo muy pocos pueden tener un capital de inversión alto y que este genere economía indirecta así como brindar oferta de trabajo, estimo que solo hay un 0.05% de estos trabajadores “informales” que tienen una la capacidad de generar trabajo y tener un capital mayor a los 50.000 Dólares. Por lo tanto el nivel de ingresos en nuestro país es muy bajo y sumado a la paridad de poder adquisitivo hace que muchas mas familias estén en el umbral de pobreza. Y por supuesto que nuestro país sea pobre.
6) Conflictos y más conflictos. Algo que espanta a todo inversor es ver que grupos, clanes, logias, familias peleen por el control del poder de una región o país, porque se sabe que eso perjudica a la propiedad privada, perjudica a los ingresos y al libre mercado, por lo tanto perjudica a la economía de un país. Nuestro país vive una constante pelea por el poder, de grupos que creen que tienen la solución a todo y quieren controlar y obligar a imponer su pensamiento (zurdos y progres) por ello la inversión privada en nuestro país es muy riesgosa y no solo por los conflictos, la calificación dice que la burocracia, las regulaciones, la carga impositiva, el monstruo estatal, lo politizado de la economía y la falta de orden al imperio de la ley hace que Bolivia sea un desastre para invertir.
Por estas razones y muchas otras más, desde el punto liberal, Bolivia es un país que raya en la pobreza, es un país no desarrollado, que, al menos en este tiempo no ve un futuro económico optimista, mientras estén los mismos representantes políticos en busca de la silla y se siga brindando las mismas soluciones que vienen desde hace décadas, seguiremos en el circuito de ratas como dice en el libro de Kiyosaki.
OSCAR ARCE
Economista liberal y conservador social. Seguidor de la Escuela Austriaca de Economía.
*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21