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Los compromisos climáticos de Bolivia avanzan, pero aún son insuficientes para atender el déficit hídrico, el riesgo en la producción de alimentos y la preservación de bosques. Esa es la conclusión a la que más de 40 organizaciones de la sociedad civil llegaron en diferentes eventos de análisis de la actualización de los Compromisos Nacionales Determinados de Bolivia (NDC).
Las conclusiones advierten avances, pero también falencias, en las 32 metas actualizadas por el Gobierno para afrontar la crisis climática en los sectores agua, agricultura, bosques y energía.
“La actualización de los NDC es un paso importante que nos ayuda a entender hacia dónde transitamos en cuanto a políticas de cambio climático. Es un avance positivo para los cuatro sectores. Sin embargo, junto con este reconocimiento, es necesario sostener que este paso aún resulta insuficiente frente al gran desafío que representa la crisis climática para un país vulnerable como Bolivia”, manifestó el investigador de la Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático (PFBCC), Marcos Nordgren.
Herbert Irahola, de Fundación Jubileo, advirtió que los compromisos climáticos de Bolivia, en algunos casos, están en cotra ruta con el plan nacional de desarrollo. “Hablamos del extractivismo, la ganadería, la agroindustria e incluso algunas normas no muy robustas ni muy claras para establecer límites al tema de la contaminación y la minería. Esos son temas en los que falta voluntad política, pero también claridad”, apuntó.
En abril de 2022, el Estado presentó la actualización de los NDC, que son los compromisos climáticos nacionales asumidos ante el mundo en tiempos de emergencia para frenar el calentamiento global. Constituyen un ejercicio para identificar los aportes que pueden hacer el país y las prioridades que deben ser atendidas ante los impactos de la crisis climática.
El análisis de estos compromisos se llevó a cabo en 6 eventos presenciales en La Paz, Cochabamba, Santa Cruz, Sucre, Tarija y Cobija. Se involucró a más de 500 representantes de la sociedad civil, dirigentes indígenas, funcionarios municipales, académicos, universitarios, activistas y colectivos ciudadanos.
“Entre las reflexiones y preocupaciones recogidas en estos encuentros están las que giran en torno al agua. Hay preocupación porque las metas principales no están muy bien relacionadas con la problemática de déficit hídrico que enfrentaremos en 2030”, señaló la coordinadora departamental de la Plataforma Boliviana de Acción Frente al Cambio Climático (PBACC), Mónica Curtiñez.
Añadió que en el tema de bosques las conclusiones han mostrado que no se garantizan los recursos necesarios para disminuir la deforestación en Bolivia.
Dentro del documento “Análisis de los compromisos climáticos de Bolivia desde la sociedad civil”, el déficit hídrico, que hoy ya causa alerta en varios puntos del país, no es la única preocupación advertida. La agricultura y su importancia en el acceso a los alimentos también toma relevancia.
“En agricultura, los NDC presentan metas claras, pero lamentablemente carecen de un plan estratégico que facilita su realización. Esto pone en riesgo la canasta familiar, dado que alrededor del 60% de las familias dependen de la agricultura y el 90% de la alimentación de los bolivianos proviene del campo. Esto, sumado al problema hídrico, ya está generando una gran dificultad en el sector rural”, afirmó la coordinadora de Pro Pacha, Azul Tarifa.
En cuanto al tema energía, a diferencia de muchos otros países en el mundo, el sector de la energía en Bolivia representa menos de 30% de las emisiones nacionales de Gases de Efecto
Invernadero. Es el segundo sector de importancia en su contribución de emisiones, después de la deforestación y transformación de la cobertura vegetal para ampliación de la frontera agropecuaria, principalmente.
Sin embargo, pese a su menor relevancia relativa en cuanto a sus contribuciones a las emisiones nacionales, es importante considerar que casi 95% de la energía total consumida en Bolivia es de fuente fósil.
“Como país debemos eliminar nuestra dependencia a los combustibles fósiles”, advirtió Tarifa.
Para finalizar, Nordgren apuntó que es importante llamar la atención sobre el peligro de endeudamiento que están corriendo países como Bolivia. Manifestó que gran parte del financiamiento que llega al país para el tema climático se otorga en forma de créditos que se acumulan y luego deben ser pagados.
“Reiteramos la importancia que tienen los mecanismos de financiamiento y de cooperación vinculados a la negociación climática, como es el Mecanismos Desvinculados del Mercado de Carbono (artículo 6.8 del Acuerdo de París). Es una de las áreas donde el Gobierno y la sociedad boliviana debemos impulsar un mecanismo alternativo que nos permita acceder a financiamiento oportuno y suficiente para implementar las metas de los NDC que dependen de la disponibilidad de recursos financieros externos”, expresó.