En el último tiempo la previsibilidad de los acontecimientos en los ámbitos económicos, políticos y sociales cade vez se hace más confuso y muchas veces irracional, lo único que podemos prever es la imprevisibilidad de lo que vaya a suceder en el año venidero, en la data de nuestro bicentenario.
En el lado del oficialismo, parece ser que luego de veinte años de unidad y dominancia de los diferentes niveles del estado, por primera vez, la separación se consuma y la vereda gobernante y/o aquellas que detentaron el poder se ven obligados a dividirse en dos facciones, ambos a la cabeza de dos gerifaltes que lejos de brindar propuestas medianamente coherentes a la realidad económica, se empecinan en mantener sus narrativas, las mismas que solo creen sus partidarios.
Con la acusación formal por pedofilia, para ser que ya es irreconciliable un apretón de manos entre Luis Arce y Evo Morales, el primero se deslindó totalmente de quien fue su jefe durante por lo menos un tercio de su vida y conociendo el actuar del ex primer mandatario sabe muy bien que no podría vivir en un país gobernado por Morales.
Por otro lado, Evo Morales se empecina en su candidatura creyendo que el sentir de sus amigotes en el chapare es el mismo en toda la nación, considera que es totalmente realizable su vuelta a palacio de gobierno, claramente sufre delirios por su vicio llamado poder, aún así, se puede avizorar levemente que Andrónico va ocupando espacios dentro del MAS evista, puesto es con seguridad quien en la mente de Morales es su futuro vicepresidente y en caso de ser necesario, su próximo delfín.
En la denominada “oposición”, los hechos recientes demuestran a mi parecer, una total ausencia de autocrítica y la búsqueda de una verdadera alternativa, en poco menos de una semana, varios líderes de “oposición” hicieron un papelón, donde se vio que tras bastidores se están apuñalando por la espalda, cada uno quiere asegurar su protagonismo y por no perder el buen parecer de la opinión pública se darán las manos con quien tengan que hacerlo.
En última instancia no podemos esperar mucho de varios políticos, estuvieron veinte años siendo oposición, y en ningún momento se evidencio la existencia de un plan medianamente interesante para dar el viraje necesario que ahora más que nunca necesita el país, hace algunos años varios se proclamaron socialistas y a favor de la intervención estatal, y ahora que hay un ánimo en favor de liberalismo, hablan de libertad, llegando a los extremos de querer maquillar la sigla del Frente Revolucionario de Izquierda como “Libre”, las incoherencias en la política nacional ya rozan lo mítico.
Políticos como Marinkovic, Chi, Tuto, etc, a riesgo de sonar mal educado, proclaman la libertad como si fuera algo novedoso, muchas personas se dedicaron en silencio durante más de 10 años a impulsar el liberalismo, recuerdo mis épocas universitarias, repartiendo volantes junto a mis compañeros en la feria 16 de julio en favor de la ideas de la libertad, y en esa época ninguno de los mencionados hablo ni en lo más mínimo del liberalismo, una tradición que tiene mas de cinco siglos en la historia humana y ahora resulta que en sus adentros siempre fueron defensores acérrimos de las libertades individuales, debo ser sincero, me parece a lo menos un poco ofensivo de su parte.
Bolivia reclama lo nuevo, el cambio, pero la vieja manera de hacer política se niega a morir y los viejos políticos insisten en que son ellos la respuesta, ¿Es terquedad o egolatría?
- ESTEBAN EDUARDO BURGOA CARDOZO
- Director Ejecutivo Generación Bicentenario
- *NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21