Se murmura que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, antes de dejar la Casa Blanca el 20 de enero emitirá un perdón preventivo en beneficio del doctor Anthony Fauci y se perdonará a él mismo también. Antes ha perdonado a su hijo Hunter Biden, no por delitos concretos que han sido descubiertos, sino que lo ha perdonado en el tiempo, es un perdón sui generis. El perdón concedido a Hunter Biden es por un periodo de 10 años. Todos los actos ilegales que Hunter haya cometido desde diciembre de 2024 hasta 10 años atrás (2014) son perdonados. Algo se sabe de las relaciones comerciales de Hunter en Ucrania, China y Rusia, y su conexión con el “big guy“, que supuestamente sería Joe Biden cuando era vicepresidente de Barack Obama.
El Congreso ha investigado a Hunter y ha descubierto que recibía dinero del exterior en cuentas bancarias a nombre de una empresa y, luego repartía entre miembros de su familia y otras compañías también. Su situación legal era complicada y, definitivamente salpicaba al presidente Joe Biden, que lo defendía y protegía públicamente, declarando en múltiples oportunidades que no lo perdonaría, pero lo hizo. Es su facultad. Al final es su hijo, cuyo testimonio lo podría arrastrar también a él.
Biden además ha conmutado sentencia a un individuo de lo más malvado que uno se puede imaginar, un exjuez que envió a miles de niños a una cárcel privada a cambio de dinero, 2,8 millones de dólares, arruinándoles la vida, ocasionando la muerte de algunos, destruyendo familias. Es el juez Michael Conahan, conocido por el caso “Kids for Cash” –niños por dinero–, sentenciado en 2008, y que por causas del Covid-19 cumplía pena domiciliaria desde 2020. Ahora su condena ha terminado. La comunidad de Pensilvania está horrorizada por la acción de Biden. La pregunta es: ¿Por qué lo hizo? Un juez que confiesa su delito y utiliza el cargo para enriquecerse no merece clemencia.
Recordamos al doctor Anthony Fauci como el personaje sombrío, omnipresente las 24 horas del día, por cuatro años, en todos los medios de comunicación, incluyendo redes sociales. Él mismo se autoproclamó como “ciencia” y ser la verdad absoluta en medio del relativismo filosófico en el cual vivimos. Toda crítica contra Fauci era borrada de las redes sociales, y la persona que lo hacia era castigada, vilipendiada, ridiculizada, incluyendo médicos que perdieron su trabajo y licencia por atreverse a desmentir las medidas sanitarias de Fauci. ¿Dónde está Fauci ahora? Escondido, nadie lo quiere ver o acercarse a él porque las órdenes sanitarias que impuso fueron erradas y causaron mucho daño, muchas muertes. Empezando con el distanciamiento, que ante el Congreso dijo Fauci que él no ordenó nunca distanciamiento y que su eficacia científica para detener la propagación del Covid no existía.
El distanciamiento ordenado por Fauci, replicado por los miles de imitaciones de faucis que aparecieron en todo el mundo, como pequeñas copias baratas de tiranuelos de barro sin cocinar, causaron mucho daño. Prohibición del trabajo, cierre de hospitales, empresas, negocios, prohibición de misas, visitas a enfermos en hospitales que prácticamente murieron secuestrados, prohibición de moverse e inclusive se suspendió el derecho a la inviolabilidad de domicilio en algunos países. Toda una locura. Pero, ¿dónde está Fauci ahora? El supuesto salvador de la humanidad debió haber ganado el Nobel de medicina, de la paz, ser convertido en santo.
Robert F. Kennedy Jr., abogado, muy crítico de las vacunas en general, a las cuales asocia con el autismo, fue una de las más valientes voces contra la tiranía sanitaria de Anthony Fauci, Joe Biden, Bill Gates y las farmacéuticas, llegando a publicar el libro The Real Anthony Fauci en noviembre 2021, en medio de la pandemia, vertiendo duras acusaciones contra Fauci, nunca respondidas. Luego, cuando la vacunación obligatoria contra el Covid-19 se extendía por el mundo, bajo amenaza de pérdida de derechos, volvió a enfrentarse al sistema, alertando sobre la ineficacia y efectos secundarios de las vacunas. La respuesta de la prensa corporativa y de la “ciencia”, entre comillas, fue furiosa, atacando su carácter sin responder a las alarmas que Kennedy había publicado. El tiempo parece haberle dado la razón, y ahora es parte del próximo gobierno de Donald Trump como director del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, en inglés).
Mi teoría es que la verdad tiene una fuerza cósmica, o divina, por más que se quiera ocultar, siempre sale a la luz. Lo observo con la pandemia del Covid-19, miles de millones de personas repitiendo las palabras de Anthony Fauci o de Bill Gates, que no eran ciertas y tenían la agenda de hacer ganar dinero a algunos grupos de poder corporativo, y por ser falsas, ahora cayeron en el olvido, lo mismo que estos dos personajes. La verdad siempre sale a la luz.
- ///FUENTE: Jeffrey Kihien PANAMPOST///