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Cuba se queda sin gente. La isla, sumida en una profunda crisis a manos del régimen comunista fundado por el fallecido Fidel Castro, sufre graves problemas que terminan influyendo en las condiciones de vida de las posibles madres, las tasas de natalidad y la cantidad abortos. Y si a esto se le suma el éxodo masivo en busca de un mejor futuro, la población del país se encamina a mínimos históricos en los próximos años.
Solamente entre 2022 y 2023 la población cubana se redujo 18 %, hasta ubicarse en 8,62 millones de personas. Así lo determinó un estudio del reconocido economista y demógrafo cubano Juan Carlos Albizu-Campo, quien lo atribuye a la migración. El experto no toma en cuenta los 11,11 millones de personas que menciona la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) hasta diciembre de 2021. Albizu-Campo prefiere basarse en los padrones electorales de 2013 y 2023, que le dan un punto de partida de 10,48 millones de personas.
Tras varios cálculos, determina que 1,79 millones de cubanos se fueron de la isla en el período 2022-2023. Y aunque el régimen no ha realizado el censo que tenía previsto para 2022 –que ayudaría a corroborar esa información–, hay investigaciones y balances independientes que confirman el sombrío futuro para la población cubana.
Migra la población joven y fértil
Distintos factores causados por la dictadura comunista confluyen en la disminución de la población cubana. En la isla hay 40 % de déficit de medicamentos básicos, reconocido por el propio parlamento castrista. Sumado a eso, en 70,8 % de hogares encuestados en 2022, alguno de sus integrantes come menos o se salta comidas. Sin mencionar la crisis de servicios básicos, los paupérrimos salarios y pensiones o el deterioro de las viviendas.
Eso liquida las expectativas de vida de la población, que termina huyendo a países desarrollados como Estados Unidos. Entre octubre de 2021 y abril de 2024, un total de 738.680 cubanos ingresaron a territorio estadounidense, incluyendo los que cuentan con visados, los beneficiarios de paroles humanitarios y llegadas irregulares, según cifras de las autoridades migratorias. Como si esto no fuera lo suficientemente preocupante, en el país caribeño hay hasta tres o cuatro generaciones que viven bajo un mismo techo, muchas veces sin suficientes alimentos, por lo que surgen cuestionamientos entre las parejas en edad fértil: “¿Cómo mantener a un niño en esas condiciones?”.
Aborto como política de Estado
Las embarazadas en Cuba ven el aborto como un método anticonceptivo. Es legal desde 1965, heredado de la extinta Unión Soviética, el primer país en autorizar el aborto voluntario y gratuito. Bajo esa premisa promovida por líderes marxistas, continúa esta práctica que registró un aumento de 14 puntos porcentuales entre 2009 y 2022, según indicó una Encuesta Nacional de Fecundidad del régimen.
El estudio hecho a 12093 personas entre hombres y mujeres de 15 a 54 años, mostró que cerca de 35 % de los embarazos no deseados en la isla “terminaron en abortos o regulaciones menstruales (vaciado del útero ante una falta de la menstruación)”. Mientras tanto, las cosas empeoran: las cubanas tienen un promedio de 1,14 hijos, “la menor tasa de la región (donde el promedio es de 1,85, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe) y pareja a la de los países industrializados de baja natalidad”, reportó en julio del año pasado la agencia EFE.
Solamente en el año 2020 en Cuba se practicaron 61886 abortos inducidos, lo que representó alrededor de 36,7 abortos por cada 100 mujeres embarazadas. Incluidos los vaciados de útero, uno de cada cuatro abortos (25 %) tuvieron lugar en una menor de 20 años sin estabilidad laboral y sin mayores expectativas sobre su futuro.
Un país envejecido
Un dato no menor es que en el año 2017 el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington estimaba en 11,38 millones la población cubana. La proyección era que para el año 2100 el número bajaría a 4,52 millones. Sin embargo, el informe que publica Juan Carlos Albizu-Campo indica que entre 2022 y 2023 la población cayó 18 % en solo un año y estaría hoy en 8,62 millones. Entonces, ¿el descenso está ocurriendo más rápido de lo estimado?
La respuesta parece evidente. Hay que tomar en cuenta que Cuba es uno de los países más envejecidos de América Latina y el Caribe con 22,3 % de la población en la tercera edad, según la ONEI. Tampoco ayuda que la isla registrara la tasa de natalidad más baja en 60 años. Apenas hubo 90374 nacimientos durante 2023 frente a los 95402 que se registraron en 2022. El primer ministro, Manuel Marrero Cruz, habló de “reimpulsar la economía” porque “todo esto impacta directamente en la población”.
Pero mientras la profunda crisis –de la que el régimen comunista culpa al falso “bloqueo” de EE. UU.– golpee a los cubanos y los empuja a emigrar, es poco lo que puede hacerse. La tasa de natalidad disminuye, reforzando la tendencia al envejecimiento y haciendo propenso un posible escenario de un isla pobre y vacía.
//FUENTE: PANAM POST//