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El arzobispo de Santa Cruz, monseñor René Leigue, reprochó este domingo la práctica de acudir a la cizaña y hablar mal de las personas como medio para destruir la imagen del contrario e incluso enviarlo a la cárcel por el solo hecho de pensar diferente.
Durante su homilía dominical, relató la parábola de la yerba mala que impide la cosecha buena en el mundo, mientras que la palabra del Señor es la buena yerba que permite el desarrollo de las personas en el campo bueno y pertenecen al reino de Dios.
Indicó que las personas que practican la cizaña son aquellas que pertenecen al maligno, al enemigo, aquel que sembró la cizaña mientras dormía y la cosecha es el fin del mundo, manifestó.
Sostuvo que los católicos pertenecen al terreno bueno con el desafío de cumplir la palabra de Dios que no ha creado nada malo, sino todo lo bueno. Pero si Dios creó todo lo bueno, ¿de dónde viene el mal? Viene del demonio y de Satanás que está entre nosotros, comentó.
Leigue afirmó que la cizaña significa ir por el camino incorrecto, del odio, de la venganza, de la rivalidad, de pensar y hablar mal del otro para tender una trampa para incluso acusarlo.
“Cuántas personas hay en la cárcel acusadas injustamente, solo por venganza o solo porque no me cae bien o porque no coincide ni piensa igual que yo. Invento cosas y lo destruyo con la cizaña y con esos chismes que destruyen a las personas”, puntualizó.
Dijo que el Señor invita a reflexionar para ver si nos dejamos llevar por la palabra del Señor o por la palabra del enemigo.
“Si amamos a Dios, amemos al prójimo y no nos dejemos llevar por las cosas negativas e inventadas, pensadas solamente por hacer mal al otro y oremos siempre. Fuera de Dios estamos perdimos, si no confiamos en Dios nos vamos por el camino incorrecto y nos volvemos discípulos del enemigo, nos volvemos cizañeros. Dejemos de hablar mal de otro”, exhortó.