La alianza Comunidad Ciudadana es, sin duda, un fracaso rotundo; es sinónimo de incapacidad y funcionalismo para el MAS. Son sus integrantes los principales responsables de que el partido azul actúe a su antojo. Durante la presente gestión, el Ejecutivo y el arcismo han hecho lo que han querido, “pasando por encima de la ley” y no han recibido algún tipo de sanción. La institucionalidad y la ley han sido “vulneradas” de manera escandalosa por parte del gobierno de Luis Arce y todos sus servidores. Se supone que la Asamblea Legislativa debería evitar estas situaciones y sancionar los abusos del Ejecutivo. Sin embargo, vemos que no es así: el Legislativo funge como cómplice de estas vulneraciones.
En cualquier otro país, Luis Arce y sus secuaces hubieran sido enjuiciados y removidos de sus cargos inmediatamente, por las múltiples vulneraciones cometidas. Es un gobierno nefasto que ha causado serios problemas para el país; su incapacidad y constantes “violaciones” a la institucionalidad y al orden son algunos de los factores que tienen a nuestra nación en una situación paupérrima.
El Legislativo y la oposición liderada por Comunidad Ciudadana debieron utilizar todos los recursos posibles para evitar que el arcismo actuara a su libre albedrío. Repito, las vulneraciones a la ley y al derecho han sido múltiples, y es escandaloso que no sean tomadas las sanciones pertinentes. Hablamos de la seguridad y la institucionalidad de nuestra Bolivia. Comunidad Ciudadana ha sido el cómplice perfecto para que el gobierno destroce nuestro país y lo deje en una situación límite. Su fracaso ha sido total, y se evidencia aún más al ver que el evismo los ha “desplazado” como oposición. Si el gobierno ha tenido más problemas con el Legislativo, no ha sido por el gran accionar de los parlamentarios de Comunidad Ciudadana, sino por la división interna del MAS. El evismo le “cortó” los fondos al gobierno, lo que provoca que actualmente “Luchito” tenga que rogar para que aprueben sus créditos.
Entre las fechorías del actual gobierno encontramos acciones muy graves, las cuales explican por qué estamos en una situación tan miserable y caótica: vulneración de las instituciones, préstamos injustificados que solo endeudan a los bolivianos, la realización de un censo “nefasto” y mentiroso, destrucción de la justicia, el cinismo de los auto-prorrogados, un show barato que podemos denominar como “autogolpe”, políticas económicas incoherentes con la actual situación de Bolivia, el encarcelamiento del Gobernador de Santa Cruz, destrucción de las Fuerzas Armadas y destrucción de la unidad nacional. Son solo algunas de las atrocidades que ha realizado Luis Arce y su gente en la presente gestión, las cuales han dejado pasar por alto los “pusilánimes” y serviles de Comunidad Ciudadana. No podemos volver a considerar a CC como oposición, y peor aún, como alternativa política para el futuro; son la definición de funcionalismo.
Para rematar la situación y enfatizar lo débil que es el “liderazgo” de Carlos Mesa, muchos parlamentarios de CC han decidido dejar de “representar” esta alianza y pasar a apoyar a Manfred Reyes Villa. El fracaso es total: la alianza ya estaba debilitada, pero que sus parlamentarios decidan irse con otro líder, muestra cuán frágil es y su falta de capacidad para “mantener el orden en casa”.
Lo peor es que CC siente que puede competir en el futuro. No entienden que son la antítesis del carisma político y del patriotismo, y grandes cómplices del gobierno de Luis Arce. Si esta “alianza” está donde está, no es por el carisma de sus legisladores o por la innovación de sus propuestas, sino por el voto útil. Le pregunto al lector: ¿usted cree que, sin la figura del voto útil, Carlos Mesa y su gente habrían tenido chances de ganar una elección? Para mí, la respuesta es evidente. La situación de CC ya ni siquiera es ridícula, sino deprimente; es bochornoso que estas personas sean denominadas como “oposición”.
- FABIÁN FREIRE
- ESCRITOR. ESTUDIANTE DE CIENCIAS JURÍDICAS. COLUMNISTA EN EL DIARIO.
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