RODOLFO FAGGIONI
La Organización Mundial de la Sanidad ha trazado un “identikit” del futuro de nuestra salud. Dentro de 25 años, aproximadamente, cuando la población mundial llegue, aproximadamante, a los nueve mil millones de habitantes, la mortalidad infantil disminuirá del 50% y esta es la mejor noticia. Otra noticia buena es que la vida “media” de la población aumentará en todo el globo. Junto a las buenas noticias hay tambien las malas: en las regiones donde el rédito “pro capite” es bajo, aumentarán las enfermedades infectivas como el SIDA mientras en los países “ricos” será el aumento de la vida que creará los mayores problemas.
Estos informes están contenidas en el World Health Report y en los datos proporcionados por el Banco Mundial sobre el crecimiento económico, mientras que la Revista Plos Medicine ha tenido en cuenta los datos demográficos y de capacidad en las distintas áreas del mundo, para poner en conocimiento de la humanidad los descubrimientos de la medicina, que en los próximos diez años podrían modificar el destino de los enfermos.
En los países a elevado rédito, los resultados muestran una disminución de las enfermedades infectivas limitadas por las nuevas vacunas, terapias y las mejores reglas higiénicas. El reverso de la medalla está representado por el aumento de la “vida media” que incidirá en las patologías por las cuales la edad representa uno de los principales factores de riesgo, como el “morbo de Alzheimerm” que será difusísimo en todas las regiones del mundo.
Las enfermedades “cardiovasculares” como el ictus o el infarto, están clasificadas como una de las principales razones de muerte, seguidas por los tumores, diabetis y enfisema, que son responsables de casi el 10% de decesos. Pero a complicar la existencia dentro de 25 años, será la mayor incidencia de enfermedades que comprometen la calidad de la vida, sin tener un éxito necesariamente letal; en este grupo hay la demencia senil, el alcoholismo, la sordera y el artritis, también la depresión aumentará de modo significativo en casi todas las regiones del globo.
Resumiendo, se podrá decir que las enfermedades dominantes en el próximo futuro, serán las crónicas no transmisibles, sobretodo en las regiones de rédito medio. El informe, bastante detallado de la OMS, registra la disminución de la mortalidad por enfermedades transmisibles por contagio como la tuberculosis o la malaria y la difusión de la epidemia de la SIDA. tal de ofuscar los datos positivos de los 7 millones de muertos que el virus HIV que provocará cada año en el mundo. Los datos positivos dicen que en el 2025, el 80% de los enfermos podrá curarse con medicinas antivirales. Por entonces estas curas serán accesibles tambien en los países pobres, porque la “propiedad intelectual” de muchas casas farmaceùticas han caducado exactamente en el 2012. Menos optimismistas son la previsiones sobre las vacunas que se están experimentando para curar la malaria y la tuberculosis. Para la malaria el problema existe por el nuevo tipo de urbanización y el calentamiento global que crean nuevos ambientes adaptos a la difusión de los mosquitos que transmiten el microrganismo responsable de la enfermedad. Para la tuberculosis se están creando ascendencias resistentes a las medicinas, especialmente en los países de la ex URSS, a causa del colapso de los sitemas sanitarios.
Las previsiones publicadas en la revista Plos Medicine tienen la intención de ser una guía para actuar las medidas necesarias y para prevenir las enfermedades del futuro.
Mucho se puede hacer actuando políticas aptas a limitar el uso del tabaco, del abuso del alcohol y prevenir la obesidad con el ejercicio fisico y la dieta alimentaria.
RODOLFO FAGGIONI
Periodista y Corresponsal en Italia. Miembro efectivo de Prensa Internacional
*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21