Ha pasado ya mucho tiempo del supuesto intento de golpe de Estado en nuestro país, por lo que es el momento indicado para hablar de este cómico acontecimiento. El “levantamiento militar” solo puede ser catalogado como una comedia barata, un show de mal gusto y una farsa patética. Hay múltiples indicios que muestran cómo todo esto fue planeado y cómo con este espectáculo barato, “Luchito” buscó levantar su popularidad y legitimarse frente al pueblo boliviano.

La comparación es el mejor método para analizar qué tan mal ejecutado fue el “golpe” del 26 de junio. Hace poco el candidato presidencial americano Donald Trump, sufrió un terrible atentado que por “mera suerte” en nada terminó. Literalmente un movimiento de cabeza espontáneo salvó a Trump de una muerte segura, no hay lugar para especulación en estos casos, fue un claro atentado; lo peor de todo es que el autor de este nefasto hecho, Thomas Crooks, tuvo un margen de acción considerable, lo cual le permitió disparar varias veces. Este terrorista habría logrado su cometido, de no ser, como dije, un espontáneo movimiento de cabeza de Trump, lo que le salvó la vida y solo le generó el roce de una bala. En estos casos no hay lugar para la especulación, ni dudas, queda claro que buscaron acabar con Trump y al fallar lo único que causaron fue un disparo masivo de su popularidad y de todo salir bien, su triunfo en las futuras elecciones.

Otro ejemplo fue el del golpe del Gral. Luis García Meza, el cual fue ejecutado a la perfección. Se escogió el 17 de julio como día del golpe para obtener el elemento sorpresa y además fueron identificados rápidamente “los posibles enemigos” del régimen y se planeó una rápida “neutralización de éstos”. Este golpe cobró muchas vidas bolivianas e incluso llegó a estar en peligro la vida de la presidenta Lidia Gueiler, el alzamiento fue muy bien ejecutado y mostró un gran trabajo de inteligencia de por medio. Insto al lector a averiguar cómo se gestó este golpe para entender realmente como “se realizan” éstos, no como la payasada que vimos el día 26 de junio.

Si preguntamos a gente con conocimiento militar sobre qué opina de lo ocurrido el 26 de junio, estoy seguro que todos concordarán y dirán que fue un show mal ejecutado. Para comenzar, el golpe debe tener el elemento sorpresa, es ridículo realizar el levantamiento en horas de la tarde, sabiendo que todos están atentos y el centro de la ciudad es fuertemente circulado; segundo, la forma de sacar las tanquetas fue muy evidente y la actitud de los militares fue todo, menos amenazante. Hubo demasiada pasividad, en mi opinión; tercero, no hubo un solo herido y la forma de entrar a las puertas del “palacio” fue incomprensible. Se buscó dar un impacto visual fuerte, pero cualquiera que busca “tomar” el gobierno debe mostrarse coherente en sus acciones, no “destrozar” todo a su paso; era imposible obtener reconocimiento internacional de esta forma.

Por último, quién en su sano juicio sale a defender a “Luchito” en una situación límite que no sea preparada y, además, nadie cree que este gobierno tenga “el coraje” para enfrentar a los militares.

Lo más triste de todo es que con esta comedia barata, el MAS ha dejado en ridículo a nuestro ejército, que es la cuna del patriotismo y el recurso principal para mantener a la nación a salvo y por culpa del socialismo y sus teatros baratos, están quedando mal parados.

Hay que recordar que nuestro ejército es capaz de grandes hazañas, como las acontecidas en la Guerra del Chaco y la “neutralización” del terrorista “Che Guevara”. Es necesario que nuestros uniformados recuperen su valor de antaño y la institución armada vuelva a representar los intereses nacionales.

Lo bueno de esta payasada, es que nadie le cree a Luchito, dentro del país está claro que todo fue armado. Ni siquiera dentro del MAS le creen a Arce, una vez más ha mostrado ser un político nefasto y ha dejado en ridículo a Bolivia. El arcismo es la definición de comedia barata.

  • FABIÁN FREIRE
  • Escritor. Estudiante De Ciencias Jurídicas. Columnista En El Diario.
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