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La comitiva de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), visitó las cárceles de La Paz y tuvo contacto con los presos políticos Luis Fernando Camacho y Jeanine Áñez. El primero solicitó la conformación de un nuevo Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), mientras la expresidenta tuvo problemas para entregar su carta personal, en la que denuncia las irregularidades en los procesos penales que se le abrieron desde la retoma del poder del masismo.
La CIDH llegó a los penales de Miraflores y Chonchocoro y, pese a que se había descartado “entrevistas personales”, los comisionados lograron hablar con varios detenidos, entre ellos Camacho y Áñez.
El gobernador cruceño estuvo una hora con la comisión y luego el asesor de Gestión Departamental de la Gobernación, Efraín Suárez, dio lectura a un manuscrito de Camacho.
“La entrevista era necesaria, no para que me queje de las violaciones constantes a mis derechos humanos que vengo sufriendo desde el día que me secuestraron (en diciembre de 2022 por el caso Golpe I), sino para que los comisionados de la CIDH escuchen directamente desde mi boca el relato de lo que realmente sucedió durante las protestas de los 21 días del año 2019, cuando junto al pueblo vencimos el fraude de Evo Morales y recuperamos nuestra democracia, esa democracia que ahora nuevamente se encuentra herida y en riesgo de desaparecer”, cita la nota.
Camacho explicó las características de las jornadas de octubre y noviembre de 2019, pero también la reciente lucha por el censo, con 36 días de paro para arrancar al centralismo demandas justas y necesarias para Santa Cruz.
“Paramos durante 36 días exigiendo algo que por derecho nos corresponde y lo único que obtuvimos del Gobierno masista fue represión brutal por parte de la Policía, detenciones arbitrarias y persecución judicial. Por todo esto, el pedido más importante que realicé a los comisionados de la CIDH es que se conforme un nuevo Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes”, agregó.
“Espero que este pedido sea atendido lo antes posible por la CIDH; el pueblo boliviano y el pueblo cruceño necesitan justicia, pues hasta la fecha las cárceles se están llenando de presos políticos, mientras los dictadores y represores siguen gozando de la impunidad que les provee el poder”, apuntó.
La CIDH también estuvo en la zona de Miraflores en el penal femenino donde la expresidenta constitucional ya lleva dos años de encierro, una sentencia de diez años por “incumplimiento de deberes” y tres causas abiertas ante la justicia ordinaria, cuando le correspondería juicio de responsabilidades por el alto cargo que ocupó durante 361 días.
“Estoy teniendo problemas con esta documentación que debo entregar a la CIDH, no puede ser que no dejen ingresar una carta por malos entendidos”, expresó Áñez en un fugaz contacto con los medios de cobertura desde una pequeña ventanilla de la cárcel.
El hijo de la exmandataria, José Armando Ribera, explicó que le pidieron llevar la carta en la tarde, cuando la CIDH ya no esté en el penal.
“Es un informe para la CIDH sobre la vulneración de los derechos que ha tenido ella en el penal y ahorita yo se lo he pasado, me lo quieren devolver, no quieren que se lo presente, con la mentira y la excusa de que traiga más tarde, claro, cuando la CIDH ya no esté aquí presente”, dijo.
El director de Régimen Penitenciario, Juan Carlos Limpias, explicó que la CIDH también entrevistó al dirigente de la Asociación Departamental de Productores de Coca de La Paz (Adepcoca), César Apaza, pero toda la información sobre esas visitas es confidencial y de potestad de los comisionados.
Se prevé que los miembros de la CIDH viajen a Sucre y Santa Cruz en las siguientes jornadas.
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