ALEJANDRO FERNÁNDEZ
Después de presumir durante 17 años el modelo económico boliviano, ejecutado por el MAS (Movimiento al Socialismo), inclusive ya con el mismo nombre del partido se sabe que este será un fracaso, con solo ver la palabra “Socialismo”, y que no ha existido país en el mundo que haya triunfado con ese sistema asesino y opresor de la libertad individual.
Ahora con el tema de Bolivia no hay mucho que decir, lamentablemente le espera un oscuro futuro, donde el largo plazo dejo al desnudo el modelo económico boliviano cortoplacista. Esto ya se adelantaba en los artículos que escribí en el mes de Agosto Bolivia aún dependiente de las materias primas (panampost.com) y este enero Bolivia al borde del colapso económico (panampost.com) donde también se menciono medidas que se podrían seguir para tener un respiro a largo plazo.
En los últimos meses, Bolivia ha adoptado una serie de medidas restrictivas para frenar la salida de dólares del país y evitar una mayor depreciación de su moneda, el boliviano. Estas medidas incluyen el aumento del encaje bancario en moneda extranjera, la limitación de las operaciones de compra y venta de divisas, la obligación de liquidar las exportaciones en el mercado local y la prohibición de realizar pagos en dólares por servicios prestados en el exterior, lo cual ha generado bastante molestia en la población, teniendo que viajar hasta Perú para hacer el cambio de divisas.
Estas medidas siguen la línea de lo que ha hecho Argentina desde hace años, con un férreo control cambiario que impide a los ciudadanos acceder libremente al dólar y que ha generado una brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo. Ambos países comparten una visión intervencionista de la economía, que busca proteger la producción nacional y mantener la estabilidad macroeconómica a costa de restringir las libertades individuales y el funcionamiento del mercado.
Estas medidas son contraproducentes y generan más problemas que soluciones como lo hemos visto una y otra vez, pero la ignorancia de los gobernantes es tan grande que esto se repite una y otra vez.
En conclusión, Bolivia se equivoca al seguir el ejemplo de Argentina y al adoptar medidas que limitan el acceso al dólar y que interfieren con el funcionamiento del mercado cambiario. Estas medidas no solo son ineficaces para evitar la depreciación del boliviano y la fuga de capitales, sino que también son perjudiciales para el crecimiento económico y el bienestar social. Bolivia debería optar por una política monetaria y cambiaria más liberal, que respete la soberanía individual y que permita al mercado determinar el valor del dinero.
ALEJANDRO FERNANDEZ CASTILLO
Ingeniero en Comercio Internacional, Especialista en Marketing Internacional, Gerencial, Estrategia Corporativa y Negociación.
*NdE: Los textos reproducidos en este espacio de opinión son de absoluta responsabilidad de sus autores y no comprometen la línea editorial Liberal y Conservadora de VISOR21