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Bolivia, un país conocido por su rica biodiversidad y bosques tropicales, se enfrenta a una crisis significativa de deforestación. Según Global Forest Watch, el país experimentó una pérdida de 696 mil hectáreas, aproximadamente, de cobertura arbórea en 2023, un 14,37 por ciento más que el año anterior; es decir, 100 mil hectáreas más.
En 2010, indica el reporte de Global Forest Watch del World Resources Institute (WRI), con sede en Washington (EEUU), Bolivia tenía un total de 62,7 millones de hectáreas (Mha) de bosque natural, que cubrían más del 58 por ciento de su superficie terrestre.
Entre 2016 y 2021, el Estado boliviano perdió un total de 3.076 mil hectáreas de cobertura arbórea, con un promedio anual de 512.666 hectáreas. El año 2019 marcó el período más alto de pérdida de cobertura forestal, con 852 mil hectáreas deforestadas.
Bolivia se ha mantenido como el tercer país con mayor pérdida de bosques durante tres años consecutivos. A pesar de una leve caída en la pérdida de bosques primarios en 2020, el país ascendió al número tres en la lista de naciones con mayor pérdida de bosques primarios tropicales y húmedos, superando a Indonesia por primera vez en 2022.
De acuerdo con un informe elaborado por la Fundación Tierra, en alianza con Welthungerhilfe (WHH), la pérdida de bosques en Bolivia alcanza 820 hectáreas por día.
Afirma que el 78 por ciento de las emisiones de carbono (CO2) del país proviene de los desmontes y la agricultura mecanizada.
Sostiene que la deforestación no sólo elimina el proceso natural de captura y almacenamiento del carbono en los árboles, sino que también agrava los incendios forestales. Las áreas desmontadas aumentan el uso de maquinarias agrícolas que consumen combustibles contaminantes.
FRONTERA AGRÍCOLA
Para la Fundación Tierra, la expansión de las tierras cultivadas, particularmente en el departamento de Santa Cruz, trajo consigo un mayor grado de deforestación en las zonas ya intervenidas hace 40 años y su expansión acelerada hacia territorios con o sin baja vocación agrícola.
“Esto significa que el aumento de la superficie cultivada tiene un efecto multiplicador sobre la pérdida de los bosques. Las razones están relacionadas con los múltiples problemas en torno a la agricultura cruceña: degradación de suelos, descertificación, erosión y pérdidas de fertilidad”, afirma la entidad.
EFECTOS
En su reporte “Cambio climático en Santa Cruz”, la Fundación Tierra menciona que donde existe deforestación, la temperatura se incrementa, las lluvias disminuyen, el déficit hídrico crece, la estación seca se amplía y los días calurosos aumentan, entre otros cambios evidenciados y proyectados al año 2060.
“Las mediciones presentadas sugieren que los impactos negativos de la deforestación son más severos en las zonas de expansión reciente de la frontera agrícola, como la Chiquitanía cruceña, las rutas de expansión al este, noroeste y las nuevas áreas de agricultura mecanizada de San Ignacio de Velasco”, agrega el documento.
La Fundación Tierra sugiere implementar acciones que apunten a alcanzar tasas negativas de deforestación, que implica la eliminación de los desmontes ilegales y tomar medidas más efectivas para reducir las autorizaciones de los desmontes legales, y buscar la reversión de la deforestación acumulada con planes y proyectos de reforestación, reposición de las cortinas rompevientos, recuperación de suelos degradados, entre otros.
//FUENTE: LOS TIEMPOS//