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Sólo en la última década se avasallaron 40 mil hectáreas (ha) en Cochabamba; esta situación afectó a 3 mil personas. El despojo se intensificó durante la pandemia, desde 2020.
El Comité Departamental de Defensa contra el Avasallamiento y Tráfico de Tierras, William Zapata, aseguró que el dato de la afectaciones es lo que se maneja en la entidad que preside, pero se cree que existen aún más víctimas que llegan a otras instituciones también de defensa.
Los lugares más golpeados son ahora las propiedades agrarias y lecheras. Gavina Condori, una asistente legal en temas de tierras, aseguró que en los últimos años se triplicó el porcentaje en estos sectores por la falta de control y la presunta complicidad de las autoridades. Los municipios que más casos reportan son Punata, Cliza, Tarata, Mizque, Quillacollo y Arbieto.
“Se han cuadruplicado los avasallamientos en diferentes lugares a raíz de diferentes factores, pero uno de los que más llama la atención es el sinfín de abogados metidos en estos temas”, denunció.
El crecimiento de las denuncias por avasallamientos es notable. Cada semana se reporta entre una a dos protestas de vecinos de diferentes lugares que piden la intervención de la Policía, del INRA y de la Gobernación.
La senadora Andrea Barrientos inspeccionó los lugares afectados y pidió a las autoridades intervenir, sin embargo, a la fecha no se avanzó con la solución y no se respondieron las solicitudes de informe.
Por su parte, el presidente de la Federación Departamental de Juntas Vecinales (Fedjuve), Ángel Quispe, en innumerables oportunidades anunció que la institución recibió más de 600 denuncias y alertó sobre un clan que opera en diferentes municipios. Sin embargo, es procesado por presuntamente una agresión a un poblador.
Sobre las zonas productivas y lecheras, el presidente de la Asociación de Criadores de Ganado de Bolivia (Acrobol), Mario Mercado, explicó que existen varios afectados en su sector, como la granja Mercado de Villa Asunción de Cota, la Hacienda Pairumani, la propiedad lechera de la familia Calatayud, el playón de Marquina, la Ciudad del Niño y la Hacienda Angostura, en el valle alto. “Puedo citar muchas más propiedades que fueron víctimas, pero las autoridades no hacen nada”, remarcó.
La Hacienda Angostura o Canelas es una de las más antiguas de Cochabamba, ya que, desde hace 116 años se dedica a la producción lechera y de quesos. Pero desde hace dos años está rodeada de loteadores y los asentamientos se han intensificado en los últimos meses con la ocupación de terrenos destinados a los cultivos de alfalfa y la destrucción de las acequias.
La situación es crítica para el ganado que requiere forrraje fresco , pero los loteadores se imponen.
//FUENTE: LOS TIEMPOS//