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Los comunarios de la subcentral Pailitas, cerca de los predios de Las Londras, en Guarayos, fueron recibidos a punta de bala la madrugada de este jueves cuando intentaban recuperar sus pertenencias y dialogar con los avasalladores desde los predios de donde fueron desalojados a la fuerza el pasado fin de semana.
El ingreso a la zona en disputa acabó con un herido de bala, el mismo que fue trasladado a un campamento cercano y luego evacuado hasta la localidad de Hardeman, ya que este habría recibido al menos dos impactos con arma de fuego, uno en la espalda y otro en el brazo, según información a la que accedió EL DEBER
“Eran más de 100 (personas), portaban armas”, dijo Mario Zapata Carrillo el joven que recibió un impacto de bala cuando era transportado desde Pailitas hasta la localidad de Hardeman en una ambulancia.
Ariel, compañero de Mario, señaló que los invasores son personas peligrosas y que están fuertemente armadas.
“No quiero pensar que el Gobierno los esté respaldando incluso proveyéndoles armamento. No quiero pensar esto, pero esta gente es peligrosa. Nosotros en forma pacífica nos hemos apersonado al lugar para poder dialogar y poder recuperar nuestras cosas y al momento de llegar nos han respondido con armas de fuego”, sostuvo.
Los campesinos que se mantenían en vigilia desde el fin de semana, en el ingreso a Pailitas, trataron de volver a los predios en disputa, pero no lo lograron por lo que tuvieron que huir antes de que la situación empeore.
Desde hace tiempo pobladores de la zona denuncian que el grupo de avasalladores que tomó el predio de Las Londras se encuentran armados, andan encapuchados e, incluso, serían los mismos que habrían secuestrado no solo a un grupo de periodistas, civiles y policías en octubre de 2021, sino también a otro comunario, el fin de semana.
El afectado de este último caso es un joven que finalmente fue liberado, quien tuvo que caminar por una noche y un día por la orilla del río de la zona, ocultarse cuando escuchaba el paso de alguna motocicleta o gente, creyendo que se trataban de sus secuestradores.
Este último joven secuestrado denunció que fue encañonado, amarrado y trasladado a un galpón donde aproximadamente 200 a 300 personas lo mantuvieron cautivo, pero lo liberaron bajo la firma de un compromiso de no volver a aparecer en las propiedades en conflicto ni denunciarlos, no sin antes sacarle fotografías y obtener información de su celular.
//FUENTE: EL DEBER//